youth ♡ [kio cyr]

CAPITULO VEINTITRES

 No he hecho mucho estos días. Solo trabajar por mi culo, estar con los chicos y salir con Kio. La ultima siendo mi favorita. 

Siento que ya es momento de decirle a Kio, lo he hecho esperar por casi un mes. Y aunque no hemos hablado del tema, yo sé que el esta pensando en eso todo el tiempo, ya que siempre que estamos solos, de repente su mirada se pierde viendo hacia la nada, pensativo. 

Pero también había pensado mucho en cómo decírselo, de hecho hubo varias veces en que se lo quise decir, pero no pude. Y es algo muy estúpido,  porque yo le gusto, y básicamente él solo esta esperando a que yo le corresponda. Y aunque se ganó toda mi confianza, sigo teniendo miedo.

- Pásame la Nutella.- Quinton le decía a Anthony. Estábamos todos comiendo en la casa, habíamos estado ahorrando bastante, y el dinero que me daban en la cafetería nos ayudaba mucho.

- Vas a engordar de comer tanto, Quin.- Anthony lo regañaba. Pero a este no pareció importarle en lo absoluto, porque se levanto él mismo por ella. 

Quinton se ocupo de con su propio dinero comprar miles de chocolates y dulces. Solo porque va al gimnasio sigue estado bueno, porque si no, estaría muy gordo por todo lo que ha comido.

- Voy a explotar.- Quinton acariciaba su abdomen al terminar de comer.

- No jodas Quinton, Anthony te dijo desde el principio que no comieras esa mierda, ahora vas a tapar el baño.- dije molesta, eso ya había pasado varias veces.

Quinton solo me lanzo un beso. Rodé los ojos y me levante para sentarme en el sillón, prendí la asquerosa televisión que a penas y tenia cable.

Kio se levanto y se sento junto a mi.

- No te molestes con Quinton, cosita.

- Si me molesto, ya le hemos dicho que no coma tanto, ¿Qué pasa si se enferma? ¿O si vomita?

- ¿Acaso te estas preocupando por mi, Madsi?-Quinton se levanto burlón de la mesa.

- No. Me preocupo por nuestro pobre baño, no te emociones.- Quinton me hizo una mala cara.

Claro que me preocupaba por Quinton, y él lo sabia, solo le gusta molestar.

- ¿Q-quieres salir conmigo hoy?- pregunte a Kio finalmente, un poco nerviosa.

- ¿Porque te pones nerviosa, bebé? Salimos todos los días.

- N-no estoy nerviosa.- mierda.

- Claro que si.

- Que no.

- Que si.

- ¡Que no!

- Okay, no estas nerviosa. ¿A dónde quieres ir?- siempre que discutimos, Kio me termina dando la razón, aunque no la tenga.

Anthony y Quinton miraban la escena con las cejas alzadas.

- Quiero enseñarte un lugar.- agache la mirada. Ya estaba preparada para decirle.

- Vamos entonces.- Kio se levanto y tomo mi mano.

- ¿A dónde van?- pregunto Anthony mientras lavaba los platos.

- Voy a enseñarle el lugar.- dije segura, y Quinton abrió los ojos.

- ¿Es en serio?- pregunto Anthony, parecía que no lo creían. 

- Si.

- ¿Qué esta pasando?- Kio se veía realmente confundido.

- Ahorita te explico.- ahora fui yo la que tomo su mano, saliendo de la casa.

Estábamos caminando hacia el lugar, con las manos entrelazadas. Kio se veía un poco ansioso porque no sabía qué estaba pasando.

- ¿Podrías tranquilizarte?- le dije riendo un poco. Ya que sentía su mano tensa.

- Ah si, si.

Llegamos.

- ¿Pero qu...

Era una casa abandonada y sucia, no tan lejos de todo, pero lo suficiente. Lo voltee a ver, se veía tan confundido.

- ¿Por qué estamos aquí?- Kio pregunto, aun mirando la casa.

Apreté su mano, lo cual hizo que me mirara. Por un momento sentí como mi corazón se detenía. Estaba tan enamorada de él, que ni siquiera me había dado cuenta. 

Kio me daba una mirada de confusión, lo podía ver en sus ojos.

Me arme de valor para acercarme a la entrada.

Entramos a la casa.

- ¿Qué es aquí, Mads?- seguíamos de la mano, caminando por los pasillos.

La casa estaba tan descuidada.

- Ahora te explico todo, solo espérame.- solté su mano, solo para revisar un poco, para asegurarme que nadie había entrado antes. Hay puerta, y siempre esta cerrada, pero cualquiera puede abrirla, y tenia miedo de que alguien haya entrado.

Suspire al ver que todo estaba en "Orden".

- Sígueme.- le dije, empece a subir las escaleras, con el atrás de mí.

Abrí una puerta, la que nos llevaba a la azotea. Entramos.

Sonreí un poco al ver la vista, el cielo se veía hermoso, y podía ver todo el pueblo desde aquí, aunque esa no era una vista tan bonita.

Kio no dijo nada, pero estaba observando todo detenidamente.

Me senté en el suelo, con mis piernas volando hacia abajo, cualquiera podría caerse y matarse. Voltee rápidamente hacia la derecha. Aun seguían ahí, mis cigarrillos y mi encendedor de hace un mes.

Los saque y encendí uno.

Voltee hacia Kio, él me miraba, sin entender nada.

- Ven.- le dije. Se acerco y se sentó junto a mi.- Tengo que....- paré. Estaba un poco conmovida por todo.

- Tomate tu tiempo, Madi. Mi única prioridad eres tu, si necesito estar todo el día aquí, lo haré sin ningún problema.

Una pequeña sonrisa salió de mis labios. Suspire fuertemente.

- Tengo que contarte tantas cosas, que ni siquiera se por donde empezar.