≪Maratón 3/5≫
-Te estaba esperando.- dijo entrando a su departamento y yo lo seguí.
-¿Cómo sabías que vendría?- pregunté con la voz ronca por el alcohol.
-Tu novia no a dejado de llamar, está preocupada.- dijo y yo me tiré en el sofá, él tomó el teléfono y lo puso sobre su oreja.
-Acaba de llegar.... si.. ¿quieres hablar con él?- me miró y luego puso el altavoz. -Ya, ya puedes hablar.
-Brandon... Brandon.- me llamó y yo gruñí.
-¿Qué? ¿Qué quieres?- pregunté.
-¿Estas ebrio?- preguntó.
-Eso a ti no te importa.- dije enojado.
-Claro que me importa soy tu novia.- dijo alterada.
-Al menos recuerdas eso, que bien.- reí con sarcasmo.
-Te estas comportando como un niño.- suspiró. -Brandon... Brandon no me puedo ir así, no tomaré ese avión dejándote de éste modo.- dijo.
-No me interesa. Sólo vete de una vez ¿no querías irte? Pues hazlo u déjame sólo.- ella suspiró.
-Mi amor...- me llamó. -Bebé, te juro que será la última vez.- dijo.
-Y vete.- grité
-Esta bien.... Manuel cuídalo por favor ¿Si?- le pidió a mi amigo.
-No te preocupes _________, yo me encargo.- dijo él.
-Está bien. Te amo mi amor.- dijo y yo reí.
-Si, claro.- dije antes de colgar, tomé mi rostro entre mis manos y suspiré afligido. Todo me daba vueltas y Manuel estaba ahí mirándome en silencio. -¿Y tú qué?- pregunté y él rió.
-Nada.... Sólo que apestas a alcohol.- dijo y lo miré
-No me digas nada que en peor forma te he encontrado.- le recordé.
-Okey, vete a dar una ducha mientras te acomodo el sofá para que duermas.- dijo, asentí y me levanté.
Traté de caminar pero casi caigo por lo ebrio que estaba, así que Manuel me ayudó a llegar al baño.
-Eres muy buen amigo Manuel.- comencé a decir. -¿Te he dicho mi mucho que te quiero?- dije y él rió
-¡Vaya si que tomaste!- dijo en una carcajada antes de salir del baño.
Desperté con una horrible resaca, me senté y traté de recordar lo que pasó anoche. Tomé mi rostro entre mis manos y suspiré.
-Buenos días borrachin.- dijo, yo lo miré y estaba vestido para trabajar.
-Mmm buenos días.- dije.
-¿Cómo amaneciste?- preguntó entrando a la cocina.
-Acostado.- dije y él rió. - Tengo resaca.- agregué.
-¿Quién te mandó a emborracharte?- preguntó con sarcasmo.
-Un amigo que me enseñó a ahogar mis penas con alcohol.- él volvió a reír, sabía que me refería a él.
-Eso fue hace mucho, ya casi no lo hago.- se excusó.
-Si como sea.- suspiré. -Oye Manuel.
-¿Qué?
-Puedes hacerte cargo de la empresa hoy? La verdad es que no estoy de buenas.- dije y él salió de la cocina con el desayuno.
-Claro, soy tu socio, puedo hacerlo.- dijo pasándome el plato que traía. -Toma, desayuna.
-Está bien.- lo recibí. -Oye cualquier cosa que necesites le puedes preguntar a Bárbara.- él me miró.
-¿Bárbara? ¿Ya dejo de ser la señorita López?- preguntó.
-No... pero a veces la llamo por su nombre.- respondí con la boca llena. -Oye ¿a qué hora hiciste esto?
-Bueno pues me levanté temprano a diferencia de otros.- dijo.
-¿Sabes? Esta rico... creo que te contrataré de cocinero.- los dos reímos.
-Brandon.... ¿Quieres hablar sobre lo que pasó anoche?
-No.... Manuel no quiero hablar sobre eso.- dije cortante, él suspiró
-Está bien, pero sabes que cuenta conmigo para todo.- yo asentí. -Bueno... me voy a la empresa y espero que no hagas ninguna tontería ¿oíste?- dijo dirigiéndose a la puerta.
-Si mamá.- dije y él rió antes de salir.
Ya habían pasado cuatro días desde que ______ se había ido. Cuanto largos días donde solo me mantuve con el alcohol, trataba de no estar en casa porque odiaba estar sólo; odiaba dormir solo y despertar y no encontrarla; así que me sumergí en el trabajo, pasaba prácticamente las 24 horas metido en mi oficina y tratando de no pensar, aún estaba dolido y enojado. Ella me había hablado varias veces pero no conteste, no quería hablar con ella, cuando llamaba solo le decía "estoy ocupado" y luego le colgaba. Estaba hecho un asco, me sentía vacío. Un vacío que llenaba con alcohol y eso no era normal en mi. Desde hace unas semanas había empezado a tomar como nunca en la vida lo había hecho. Llegaba al departamento borracho, dormía, despertaba temprano y me iba a trabajar.
Durante estos cuatro días no había querido verme con nadie, mi madre llamaba pero prefería decirle a Bárbara que le dijera que estaba ocupado. En esta semana con la única persona con la que había hablado era con mi secretaria eso sin contar a las personas con las que trabajo y me tengo que reunir, se puede decir que Bárbara me había estado acompañando durante esta situación difícil en mi vida. Ella era buena persona una gran amiga que sabía escuchar, y hoy era otro día como los otros días donde me encontraba trabajando sin parar con un vaso de vodka en la mano dando sorbos, ya eran aproximadamente las 7 u 8 de la noche, así que decidí apagar la computadora y levantarme. Caminé hacia el ventanal mirando la ciudad de noche.... Estuve un rato observando con la mente en blanco y luego salí de mi oficina. Miré a mi alrededor y ya todos se estaban yendo a sus casas, Bárbara estaba trabajando en su escritorio. La miré y se veía muy concentrada, me acerqué a su escritorio y carraspeé para llamar su atención, ella me miró y sonrió.
-¿Por qué no te vas a tu casa Bárbara?- pregunté.
-Mmmm se puede decir que no quiero llegar a mi departamento y estar sola.- dijo.
-No eres la única.- dije con las manos dentro de mis bolsillos.
-¿No a hablado con ella?- preguntó después de unos minutos de silencio.
-No.- respondí al instante. -Y no quiero hacerlo.
-Vaya, parece que está muy desilusionado.- dijo.
-Si.- susurré.
-Eso significa que... ¿ya no se casará con ella?- preguntó y yo me congelé, ¿a caso era lo que quería? No, pensé de inmediato. Yo amo a _____ y estaba dolido y desilusionado pero aún así no me imagino una vida sin ella, definitivamente no y no. _____ sería mi esposa de eso estaba seguro.
-Vaya creo que la pregunta lo tomó desprevenido.- asumió Bárbara por mi silencio
-Claro que que será mi esposa.- dije. -No había pensado en eso.
-Bueno.- dijo con cierto fastidio en su voz. Nos quedamos en silencio unos minutos ninguno decía nada y era incómodo, quería salir pero no quería ir a mi departamento.
-Bárbara que te parece si me acompañas a cenar esta noche ya que no tenemos nada que hacer.- dije, ella me miró y vi en sus ojos una extraña chispa y me lamenté por haberla invitado.
-Si.- respondió de inmediato como si hubiera estado esperando a que se lo preguntara.
-Eh... Okay.- dije. -Entonces apaga tu computadora y vámonos.- ella asintió y yo caminé al ascensor. Bueno sólo sería una cena donde hablaríamos un poco y luego cada quién para su casa pero... ¿y se se hace ilusiones? Dios, Meza en que lío te metiste, me pateé mentalmente.
Llegamos al restaurante, la ayude a bajar del auto para luego entrar. El restaurante era de buena categoría donde iban empresarios reconocidos pero yo la había llevado ahí porque era el que quedaba más cerca de la empresa. Durante todo el camino había pensado en ______ haciéndome la idea que era ella con la que iba, la miraba y definitivamente ella no era ______, Bárbara no se comportaba como mi novia, porque ________ era todo lo contrario a ella, era cariñosa, dulce, amable, amorosa y eso provocaba comérmela a besos. Sonreí por el pensamiento, entramos al restaurante y nos encontramos con el mozo, el hombre que nos consigue la mesa.
-Buenos noche señor Meza.- dijo el hombre.
-Buenas noches.- respondí. -¿Me podría conseguir una mesa para dos?- le pedí.
-Claro señor.- dijo y se fue, miré a Bárbara y ella sonreía con orgullo, al momento volvió el mozo.
-Síganme, por favor.- dijo y así lo hicimos. Llegamos a la mesa y la ayudé a sentarse, ella observaba el lugar en silencio, era de lujo y de buena categoría, al parecer le gustaba, yo sólo me senté y miré la carta mientras el mesero esperaba la orden.
-Puedes pedir lo que quieras.- dije y ella sonrió.
-Por favor tráigame champaña mientras decidimos que pedir.- le dije al mesero y se fue, miré a Bárbara y me miraba con admiración, tal vez porque mi tono había sido autoritario y seco.
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Hello, tercer CAP del maratón, espero que les esté gustando✌️😚.
Voten y comenten, es gratis😁.
Las ailoviu😚🙊.
