CHAPTER TEN

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El  asalto, primera parte

Por la mañana Susan me despertó para que fuera a desayunar con ella y después me pusiera a entrenar a más narnianos. Ella sabía que le agradecía que me despertara, ya que yo soy una dormilona, pero con lo poco que había podido dormir aquella noche, la odié profundamente cuando me despertó.

– Caspian me contó lo de vuestra discusión –Dijo una vez nos sentamos a desayunar.

– Supuse que lo haría.

– ¿Por qué?

– Porque él confía en ti, Susan.

Ella se sonrojó por mi comentario.

– No te enfades con él –Dijo minutos más tarde–. Solo intenta protegerte.

– Lo sé, pero yo también tengo derecho a luchar.

Y así acabó nuestra conversación. Las dos acabamos de desayunar nos despedimos y cada una siguió su camino. No me llevo mal con Susan, pero realmente no quería que se interpusiera entre mi hermano y yo. Que hayamos discutido no era asunto ni suyo, ni de nadie. De camino a la sala de entrenamiento me choque con Peter. Iba sudado y son su espada en la mano, así que supuse que acababa de finalizar su entrenamiento.

– Hola –Dije avergonzada por el golpe.

– Buenos días –Dijo él.

Y como siempre pasaba, después de unos incómodos segundos callados mientras nos mirábamos, hablé.

– Peter, quería agradecerte todo lo de esta noche. Gracias por contarme lo que habías descubierto.

– No tienes por qué agradecérmelo, tienes todo el derecho de saberlo.

– Ya... En cuanto a derecho... Podríamos no contarle nada a Caspian –Él me miró sorprendido–. Aún, quiero decir. No hasta que tengamos pruebas o algo. Mi hermano, aunque no lo parezca, puede ser muy cabezón, y si se lo contamos... Irá a por Miraz hoy y tu plan se irá a pique.

Y el mío también.

Él me miraba serio, mientras hablaba y sabía que él pensaba que tenía razón.

– De acuerdo. Pero recuerda que tiene derecho a saberlo.

– Se lo diré mañana, no te preocupes.

************

Durante el resto de la mañana estuve escuchando todo lo que hablaban los narnianos durante los entrenamientos. Me fui enterando de detalles de lo que Peter había planeado para aquella noche. El asalto. Me había enterado de suficientes cosas, pero si no llega a ser por Edmund, y por el interrogatorio que le hice durante la comida, no me hubiera enterado realmente de todo.

Esta noche iba a ser una gran noche.

Decidieron dividir en dos grupos a todos los soldados que participarían en el asalto. El primer grupo iría volando gracias a los hipogrifos que se habían unido a nuestra causa. Una vez el primer grupo estuviera dentro del castillo, abrirían las puertas y el segundo grupo entraría por ellas. Supongo que lo que venía después ya os lo podéis imaginar.

Sabía que mi única opción era ir volando, ya que si me veían en el segundo grupo, no me dejarían ir, así que soborné al hipogrifo más rápido para que volviera después de haber dejado a sus narnianos asignados y me llevara volando a mí también.

Una vez puse los pies en una de las torres, empecé a ejecutar mi propio plan. Iba a ir contra Miraz.

Me sabía de memoria el recorrido que iban a llevar a cabo para llegar a la puerta, así que durante la tarde estuve trazando un mapa mental de que pasillos podría utilizar para llegar a las estancias de Miraz. No me preocupaba cruzarme con algún narniano, ellos no me dirían nada por mi estatus de princesa, pero si algún rey del pasado o Caspian me veía, lo tenía crudo.

Narnia. Una nueva y diferente aventuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora