II

1K 21 0
                                    

He quedado en almorzar con Amelí, mi mejor amiga, ya que Ramiro no llegaría para el mediodía e Ismael comenzaba sus clases. Me tomé el atrevimiento de comprarle sus útiles y demás cosas que necesitaría para comenzar el curso, aunque como me lo esperaba no me agradeció en absoluto. Incluso, hasta criticó lo que le había regalado, pero no me importó, sólo lo hacía por Rama, quién si me agradeció por ser atenta con su hermano. 

¿Asique tienes al nene rebelde en tu casa ahora?-Preguntó con una sonrisa burlona. 

No es gracioso.-Contesté molesta.-Ay, Amelí. Si supieras lo que es ese chico, sólo lleva tres días en casa y ya no lo soporto, es maleducado, engreído y sumamente problemático. Ahora comprendo a mis suegros al meterlo en un internado y ahora lanzarnos el problema a nosotros. 

¿Y Rama?, ¿Cómo se lo está tomando?. 

Eso es lo que se me hace más raro de todo esto ¿Sabes?, siendo tan temperamental como es él, está bastante tranquilo es más, Isma le falta el respeto como si nada y se lo toma con calma, sinceramente no sé cuánto va a durar, igual son los primeros días.-Corté un trozo de carne y me lo llevé a la boca. 

A bueno, pero ya lo llamas Isma y todo.-Se burló de mi con una sonrisa marcada en sus labios, para luego beber un trago de jugo de frutas. 

¿De todo lo que te he dicho, eso es lo único que has escuchado?.-Sonreí negando con la cabeza.-Lo he dicho sin pensar ¿Vale?. 

Vale, vale, vamos a lo importante, ¿Cómo es?, físicamente hablando ¿No?.-La miré nuevamente negando con la cabeza a la vez que sonreía. 

Eres terrible Meli. 

Vamos, es hermano de Rama no me digas que es feo. 

Bueno la verdad es que para tener dieciocho años esta...muy bien.-Miré hacia abajo a lo que ella soltó una carcajada. 

Lo sabía, pero dime, ¿Qué te parece el chiquito?. 

Vamos Mel, que es un crio no puedes preguntarme eso.-Contesté sonriendo y ella volvió a reír. 

Va...pero tenlo por seguro que por lo que me cuentas, no es un crio cualquiera, debes tener cuidado con él. 

Ajam...-Contesté quitándole importancia.- Y a ti, ¿cómo te está yendo?. 

Ella suspiró-Vale...por donde empiezo...-Le miré a la vez que me llevaba el vaso de jugo a los labios para darle un trago.-Me he acostado con el hijo de Rachel.-Soltó como si nada sin poder mirarme a la cara. 

Al escucharlo me atragante con el jugo que estaba bebiendo y rápidamente apoye el vaso sobre la mesa-¡¿QUE?!.-Pregunté escandalizada, Rachel era nuestra amiga de años, no era tan íntima como lo éramos nosotras, pero era buena persona y salíamos juntas cuando nuestros maridos no estaban, incluso no estaba con nosotras ese momento porque no había podido. 

Eso, no lo sé tía, no tengo una explicación razonable.-Contestó apenada. 

¿Ella lo sabe?-Pregunté intentando entenderla, tenía veintiséis años, el hijo de Rachel tenia diecisiete, era prácticamente un delito. 

¡NO!, claro que no, crees que podría decírselo, me muero de la vergüenza y temo de como valla a tomárselo, imagínate si me denuncia, mi matrimonio y mi vida se iría por una alcantarilla. 

Vale...-Suspiré intentando calmarme y calmarla, esto era algo serio y ahora entendía completamente la urgencia que tenía Amelí al momento de invitarme al almorzar-Cuéntame como ha sucedido al menos.-Dije y en ese momento se acercó el mozo a preguntar si se nos ofrecía algo más, solo ordenamos un café y el muchacho se llevó los platos del almuerzo dejándonos la mesa limpia. 

Mi perdición.Where stories live. Discover now