Ha pasado una semana desde que le informe a mi esposo que íbamos a hacer padres, y bueno...también de aquello que ocurrió con mi cuñado, he intentado por todos los medios evadirle pero no me ha sido muy fácil, me ha seguido buscando, y lo peor es que se pasea con la zorra de Nazarena por la casa y luego me toma como si nada, me da órdenes como si tuviera algún poder sobre mí.
Esta noche vendrán Aarón y Mia juntos con mis suegros, me ha costado pero también he invitado a Natalia, mi madre, desde que nos reencontramos no nos vimos mucho, ya que aún no la perdono por a verme abandonado de niña, pero por insistencia de mi esposo estoy intentándolo por lo que también la invite, vendrán Rachel y su familia, obviamente Amelí y Allén, Sera, espero, una bonita reunión en la que anunciare mi embarazo, al principio a Rama no le apetecía mucho, pero logre convencerlo.
Salí del cuarto de baño al acabar de ducharme, me había puesto un vestido de tela de bambula negro que me llegaba hasta las rodillas y unas sandalias rojas, me recogí el cabello en una coleta, me delinee los ojos de negro y me puse brillo labial de fresa, me dirigí a mi cuarto y tome una de mis carteras, en ella coloque mi móvil y varias cosas por si acaso, abrí la puerta de mi habitación y me pegue un susto de muerte al ver a Ismael apoyado contra la pared del pasillo con las manos en los bolsillos, me tomo antes de que pudiera pensarlo, cerró la puerta y me pego bruscamente contra la misma, me tomo de las muñecas y las poso sobre mi cabeza, cerré los ojos por unos segundos debido al impacto que me provoco el chocar contra la puerta.
-¡Dios!, ¿quieres ya dejar de hacer eso?, vas a matarme un día de estos.-dije desviando la mirada ya que además de intimidarme lo tenía por poco encima mío, el aprovecho y me dio un beso en el cuello que me causo escalofríos.
-¿A dónde crees que vas con esa pinta?.-Pregunto a medida que aspiraba el aroma de mi perfume.
-Iré a comprar algo de ropa para esta noche.-Conteste cerrando los ojos nuevamente.
-¿Con quién iras?.-continuo con el interrogatorio a la vez que me besaba lentamente hasta llegar a la comisura de mis labios.
-Sola, no iré con nadie.-
-Iré contigo.-Decidió sin preguntarme absolutamente nada para luego besarme en los labios, no dude en corresponder, no podía negarlo, tenía un efecto en mí que no podía controlar, no podía negarme a él aunque quisiera, se separó cuando la falta de oxígeno se hiso presente y se quedó unos segundos mirándome fijamente a los ojos.
-Vamos.-Dijo soltando mis manos que ahora se encontraban algo marcadas, y por primera vez pude ver una sonrisa sincera de Ismael, una en la cual no se estaba burlando de mi ni estaba cargada de perversión por así decirlo, como otras.
-Vale.-Conteste y tome mi cartera que momentos antes se había caído al suelo, se apartó levemente y salimos del cuarto.
Al llegar al estacionamiento de la casa tomamos mi coche y él se sentó en el asiento de copiloto mientras yo en el de piloto, nos dirigimos al centro comercial donde se encontraban cientos de locales de ropa y demás cosas.
-Entremos aquí.-Dije al ver un local con ropa de noche, entramos y me puse a observar distintos vestidos para la reunión, escogí varios y entre al probador.
-¿Cómo me veo?.-Pregunte a Ismael que se encontraba en un sofá frente a mí, era un vestido purpura oscuro, largo hasta los tobillos abierto en la pierna derecha con la parte superior en forma de strapless.
-No...Te ves de cuarenta con ese vestido.-Contesto para luego sonreír.
-Oye, con que me dijeras que me quedaba feo me alcanzaba.-Sonreí haciéndome la ofendida para luego entrar nuevamente al probador.
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Mi perdición.
RomanceStephanie estaba felizmente casada, tenía lo que siempre había soñado, un hermoso esposo, los gustos que quisiera cuando los quisieras, la boda que siempre soñó, con una luna de miel perfecta, una enorme y hermosa casa. Todo lo que necesitaba para s...