IV

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Al escuchar la puerta abrirse me sequé las manos con el delantal que traía en la cintura y luego me lo quité dejándolo sobre la mesada, salí a la sala y me acerqué a mi esposo que dejaba su maletín sobre el sofá.

-Buenas noches.-Saludé en tono borde.

-Buenas noches.-Me contestó Rama usando el mismo tono de voz.

-Creí que ibas a llegar temprano.

-También yo.

-¿Sigues enfadado conmigo?.-Pregunté cruzándome de brazos.

¿Tengo motivos?.-soltó contestándome con otra pregunta.

-Vamos Ramiro, no somos unos críos, dime, ¿Qué te sucede?, ¿Aún estas enfadado por lo de esta mañana?.

-¿Qué te ha pasado en los brazos?.-Okey. comenzaba a molestarme que me evadiera, instintivamente me miré unos de los brazos, abrí los ojos como plato al ver las marcas de mano que tenía, me miré el otro brazo, Genial, lo que me faltaba, encima de todo me habían quedado marcas.

-¿Puedes dejar de hacer esto?, comienzas a exasperarme.

-También tú.-Contesto levantando un poco el tono de voz.

-Te he llamado para contarte que discutí con tu hermano, pero me has ignorado.-También levanté el tono de voz.

-¿Él te ha hecho eso?.-Pregunto serio.

-Si, se ha enojado porque no le he permitido venir a la casa a revolcarse con su novia, me ha faltado al respeto y ha hecho lo que quiso.-Rama se marchó sin contestarme y se dirigió al cuarto de Ismael.

-Rama.-Dije tratando de pararlo, abrió la puerta bruscamente y entró al cuarto, yo corrí detrás de él, al entrar vi que Ismael no estaba, salió de la habitación hecho una furia y se metió al cuarto de baño, le seguí, ahí estaba, desnudo con una toalla rodeándole la cintura, el pelo mojado al igual que el torso. Era perfecto. Volví la mirada al suelo, no quería que Rama me pescara mirándole y empeorara mi situación. Levanté la mirada rápidamente al escuchar un golpe seco, no lo podía creer, Ramiro le había dado un puñetazo en la cara a Ismael, me pare detrás del el abrazándolo por la cintura intentando pararlo.

-Para por favor, no es para tanto, ha sido culpa mía ¿vale?.

-¿Quién te crees que eres para faltarle el respeto a mi mujer?.-Me ignoró por completo y se dirigió a Ismael.

-Yo no le he hecho nada a tu mujercita.-soltó con asco apoyándose los nudillos de la mano sobre el borde de sus labios.

-Te prohíbo que vuelvas a ponerle un dedo encima, ella es mi mujer y si te metes con ella, tendrás que irte de esta casa.-Ismael solo frunció el ceño y pasó empujando a Ramiro, salió del cuarto de baño, Rama quiso salir detrás del pero lo tomé con toda la fuerza que me daba el cuerpo para que me prestara atención.

-Tranquilízate cariño.-Me pegué a él apoyando mis manos en su cintura, me puse de puntillas de pie y le bese-No ha sido para tanto ¿Vale?, déjalo, está adaptándose a vivir con nosotros, te prometo que me voy a encargar de que no vuelva a suceder.-Él asintió con la cabeza mirando hacia la puerta, a la vez que fruncía el cejo.

-Cariño...cálmate ¿sí?, vamos a cenar, hemos hecho tu comida favorita.-Sonreí, animándolo.

-Vale.-Suspiró y me tomó de la cintura, fuimos juntos a la mesa del comedor donde la señora Andrews ya había servido la mesa.

-Lina, ve y dile a Ismael que baje a comer.-Le ordenó serio.

-Si señor.-Contestó, haciendo una reverencia y se marchó.

Mi perdición.Where stories live. Discover now