Mi perdición.

VI

Sentía como las esposas presionaban mis muñecas de sobremanera, forcejeé con mi manos en un intento inútil de soltarme, podía sentir como iba recorriendo mi cuello hasta chocar con la terminación de mi camisa, me estremecí ante su tacto, él comenzó a desabotonarla lentamente sin quitarme la vista de encima.

Ismael...-susurré temblando de los nervios y a la vez miedo-No tienes por qué hacer esto, te...te prometo que ya no volveré a molestarte ¿vale?, suéltame por favor.-le rogué, el solo hacia oídos sordos, no escuchaba una sola palabra de lo que decía, comenzó a acariciar mi vientre con delicadeza ascendiendo hacia mis senos.

Ssh...Cállate...no quiero que hables, solo... quiero que sientas.-contestó con una voz suave y a la vez ronca, había cambiado totalmente de actitud, llevo su mano a los botones de mi short y comenzó a desprenderlo, se levantó levemente y me lo quitó levantándome como si nada para luego tirarlos al suelo, ¿que debía a hacer?, estaba amarrada a la cama, no tenia forma de escapar.

Por favor...-susurré, el solo se acercó a uno de mis pies y comenzó a besarlo, ascendía con sus besos hasta llegar a mis cintura. Se acercó nuevamente a su cajón y tomo un largo pañuelo de seda azul oscuro y con el regreso a mí, me vendó los ojos, esto inmediatamente me hiso recordar aquellos sueños que tenía con él.

Comencé a sentir sus labios recorriendo mi cuerpo pausadamente. Se detuvo unos segundos y sentí como me arrancaba el sostén bruscamente, apreté mis puños ante esto, no podía creerlo, comenzaba a excitarme, todo este juego perverso me ponía, ya no tenia control sobre mí. Movía mis muñecas continuamente intentando inútilmente zafarme, también quería tocarle, ya nada más importaba, solo él y yo.

Sentí su húmeda lengua jugando con uno de mis senos mientras me pellizcaba el otro con una de sus manos, me estremecía con cada una de las caricias que me proporcionaba. Reprimí un gemido mordiéndome el labio inferior al sentir como mordisqueaba bruscamente mi pezón.

Comenzó a bajar con suaves besos por todo mi cuerpo hasta llegar a mis bragas, tiro de ellas con sus dientes y luego la soltó, lo próximo que sentí fueron sus manos quitándomelas para luego abrir mis piernas levemente. Su lengua comenzó a jugar con mi intimidad provocando que arqueara la espalda y apretara mis puños, la movía dentro de mí frenéticamente, como si tuviera toda la experiencia en ello.

Ismael...-Susurré jadeante-No...No me hagas esto...por favor...-Él solo se limitó a seguir con lo suyo sin responderme una sola palabra. Estaba abrumada, me latía el corazón como nunca, llegué a creer que se me saldría del pecho. De pronto sentí que introducía uno de sus dedos dentro de mí y alejaba su boca, de a poco fue introduciendo un segundo dedo moviéndolos rápidamente, estaba volviéndome loca, sentía una ola de sensaciones que me desordenaban todos los sentidos.

Teff...-Escuche a la vez que tiraba la cabeza hacia atrás hundiéndola en la almohada.-Me vuelves loco.-Me sobresalte al escucharlo susurrar esas palabras en mi oído, no podría explicar en qué momento se acercó a mí a tal punto de rosar sus labios contra mi piel al hablar. Me pasó la punta de su lengua luego de pronunciar aquellas palabras que provocaron en mi cuerpo y corazón un vuelco indescriptible, pude escuchar el sonido que provoco al romper el envoltorio de, supuse, un preservativo, para luego sentir su miembro penetrándome lentamente a la vez que su lengua continuaba recorriendo mi cuello, gemí al sentirlo por completo dentro de mí, él aprovecho esto para besarme con efusividad a la vez que comenzaba a moverse, comencé a mover nuevamente mis manos, necesitaba tocarle, lo necesitaba, se separó de mis labios cuando la escases de aire se presentó, no sin antes jalar fuertemente mi labio inferior provocando un leve corte en el mismo del cual se deslizo un hilo de sangre que Ismael rápidamente lamió.

Ah...Is...Ismael...no puedo más.-dije entre jadeos, me estaba enloqueciendo, no aguantaba un segundo más, él me penetraba cada vez con más fuerza y velocidad.