Camino por toda la planta baja buscando a su hermano, le pregunto a cada Pokémon que encontró en su camino si vió al inmaduro de su hermano mayor, así lo describió ella. Todas fueron respuestas negativas. No había rastro alguno de Umbreon.
Vaporeon ya se estaba preocupando demasiado. Ningún Pokémon de la planta baja vio a su hermano. Decidió subir al siguiente piso y continuar buscando en él. Ella apenas conocía los demás pisos de la mansión, muy pocas veces subió por las escaleras a explorar, y no conocía más allá del 2do piso.
Y de nueva cuenta repitió el mismo proceso que en el piso anterior. Preguntaba a todo Pokémon que encontraba si habían visto a su hermano y, de igual forma que antes, nadie vio al zorro de ojos rojos.
Estaba estresada, se notaba en su rostro. Tenía las orejas bajas y su mirada en el suelo. Si bien las discusiones con Umbreon eran constantes, y algo subidas de tono en muchas ocasiones, ella seguía sintiendo cariño por su hermano mayor. No quería perderlo, y aunque sabe que llevándole la contra siempre era muy probable que ocurra, piensa que esa es la única forma de hacer que su hermano entre en razón.
Umbreon en este último año parecía volverse más tonto con el pasar de los meses, parecía un niño pequeño con sus actitudes. Luego de romper con Espeon, se aferró a Eevee como si fuera su hija. Se notaba que Umbreon era un ser que necesitaba dar y recibir cariño y Eevee cumplía con ello. La Pokémon tipo normal manipulaba a Umbreon a su antojo, lo hacía sin querer, es una niña aún al fin y al cabo.
Vaporeon, sin encontrar ninguna pista de su hermano, decidió volver a la habitación. Caminaba hacia ella cabizbaja, desanimada. Marshtomp la observaba de lejos, triste al igual que ella. Ver a su amor platónico triste no le gustaba en absoluto. Quería alegrarla pero de nueva cuenta su timidez le impidió siquiera acercarse. Pese a ello, no quería quedarse de brazos cruzados. Decidió ir por su cuenta a buscar a Umbreon y sabía a quién acudir... A la Diosa.
La Diosa se encontraba decorando una habitación con globos y serpentinas, preparaba una fiesta, solo para varones.
Diosa: A Umbreon le hace falta conocer hombres. Todo el día encerrado con hembras debe estar convirtiéndolo en una - dijo a la vez que colocaba un globo en el techo.
Garchomp: ¿Es posible ello? - pregunto mientras la ayudaba en la decoración de la habitación.
Diosa: Claro que si. Tú eres un ejemplo de ello. Pareces una chica con tus actitudes tan pasivas. - menciono de forma burlona la actitud de Garchomp.
Garchomp: Ja ja, que chistosa. - termino su parte de la decoración.
Fueron interrumpidos por la brusca aparición de los gemelos Ursaring. Tenían la bolsa de papa en la espalda, La Diosa al verlos ya sabía lo que contenía ahí dentro.
Diosa: ¿Hacía falta llegar a ese límite? - pregunto asombrada.
Ursaring 2: Usted dijo que lo hiciéramos si se negaba. - dejó la bolsa en el suelo.
Diosa: Que brutos, pobre Umbreon. Sal de ahí pequeñín - se sentó arrodillada en el suelo.
Umbreon salió poco a poco de la bolsa, tenía una papa en la boca bastante mordida. La estaba comiendo en el camino.
La Diosa se rió al verle con la papa en la boca, se la quitó y lo alzó en sus brazos, como tanto acostumbraba hacer.
Diosa: Disculpa por el brusco accionar de esos osos. ¿Estás bien? - lo abrazaba con fuerza.
Umbreon: Si, estoy bien... ¿Puedo seguir comiendo la papa? - pregunto mientras observaba la hortaliza en el suelo.
Diosa: . . . - lo dejo en el suelo. Umbreon continuó comiendo la papa.

ESTÁS LEYENDO
Mansión Pokémon 2
RandomUn años después de la fiesta de fin de año que aconteció en la primera parte del libro, la vida en la mansión siguió siendo la misma; tranquila y libre de preocupaciones. Bueno, eso no fue tan así para todos. Las Eeveelutions pasaban una crisis fam...