Capítulo 8 PT 2

481 54 91
                                    

"No puedo creer que accedí a ir a una fiesta, sola. Espero que dure 30 minutos máximo. No pienso estar más tiempo allí."

Vaporeon caminaba hacia el ascensor que la llevaría al tejado con un notable enfadado en su rostro. Se arrepentía de aceptar ir a la fiesta, maldecía a Arceus cada paso que daba.

Entro al ascensor y casi queda ciega por las luces brillantes que habían en él. Observó el panel de controles sin entender mucho. Habían tantos botones. Tocó uno por uno y el ascensor se puso en marcha.

Paraba en cada piso de la mansión. Vaporeon estaba en una esquina del elevador asustada. Pensaba que estaba endemoniado por Giratina.

"¡Auxilio!" Grito pero fue en vano. Nadie la había escuchado. La Diosa, quien seguía cada movimiento de la pez, solo la observaba y reía por la situación. Uso su magia para detener las órdenes del ascensor y enviarla directo a la azotea.

Cuando por fin llegó al destino, Vaporeon no quería salir de allí dentro. Estaba aferrada a esa esquina.

Diosa: No puedo creerlo... - se acercó hasta ella volviéndose visible - ¿Vaporeon? Debes bajar del ascensor.

Vaporeon: - notó la presencia de la Diosa - O-ok ... - salió corriendo del ascensor - ¡Esa cosa está endemoniada!

Diosa: Debe estar defectuoso. No te preocupes y ve a la fiesta. Yo me encargo jejeje. Sigue todo derecho hasta ver una puerta roja.

Vaporeon: - rodó los ojos - Bien. Adiós Diosa.

Y de nuevo a caminar. Ya se estaba cansando, en todo el día dió vueltas por toda la mansión y apenas pudo relajarse unos minutos después de buscar a su hermano.

Llegó hasta la puerta roja y se detuvo unos segundos a pensar si salir o no al tejado. Le había dicho a la diosa que lo haría así que no podía fallar a su palabra. La pez abrió la puerta y no vio a nadie. Solo una mesa para 2 personas en el centro de la azotea. Extrañada se acercó al lugar y observó con cautela a su alrededor.

Al llegar a la mesa había una carta que decía "Siéntate". No sabía porque pero le obedeció. Era posible que la Diosa la haya puesto ahí.

Al instante de haberse sentado, unos pasos se escucharon tras ella, y al voltear vio a Marshtomp caminando hacia la mesa de igual forma pero con los ojos vendados. El pez de lodo parecía saber el camino hasta la silla, pues se sentó sin ningún problema frente a Vaporeon.

"Ya puedes quitarte la venda" susurro el viento. Marshtomp obedeció y se topo con la mirada de Vaporeon, sentada justo frente a él con un rostro muy confundido.

Ambos conectaron sus miradas confundidos por la situación, y cuando por fin uno de los dos reaccionó llegó una Absol a dejarles unos menúes de comida. La misma Absol se fue dejándolos solos a los 2.

Vaporeon: - muy confundida tomo la carta de comida.

Marshtomp no reaccionaba, estaba paralizado por los nervios que le generaban está situación tan incómoda. No esperaba que la Diosa lo llevará a una cita a ciegas con Vaporeon. Le temblaban las manos al verla tan cerca, tan linda, tan bien perfumada.

Vaporeon también le observaba a él, con una mirada más discreta. Dejo la carta de comida en la mesa y decidida a romper el hielo le pregunto a Marshtomp:

Vaporeon: ¿Sabés cuando vendrán los demás? - lo observaba fijo a los ojos.

Marshtomp estaba perdido en su mirada, su corazón latía a 1000 por hora. Esos ojos morados lo traían loco. Estaba tan concentrado en apreciar a la hermosa Pokémon de enfrente que ni escucho su pregunta.

Mansión Pokémon 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora