Capítulo 18

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—¿Panhye?

—¿Si, reina Azura?

—¿Has visto a Noah?

—No majestad, pero iré enseguida a preguntar a su mucama –la reina asintió y la mucama comenzó a caminar hacia habitación del príncipe donde vio a la joven chica salir y cerrar con cautela la puerta –Jazmin.

—Oh, Panhye... Estaba por ir a buscar a la reina Azura. El príncipe Noah me informa que no se siente muy bien

—¿Qué le sucede?

—Me dijo que quería descansar un rato antes de bajar a desayunar.

—De acuerdo, tu ve a buscar a la reina, yo entraré a ver al príncipe –la chica asintió y se retiró. Panhye tocó un par de veces pero al no obtener respuesta entró. El joven príncipe seguía acostado en la cama tapado con las cobijas hasta la barbilla. Tras cerrar la puerta se acercó a  él –Principe Noah... –abrió un poco sus ojos –¿Se encuentra bien?

—No lo sé... Me duele un poco la cabeza y... –un estornudo lo interrumpió. Panhye le colocó una mano en la frente.

—Parece que tiene un poco de fiebre. Puedo traerle una taza de té, si gusta.

—Por favor y gracias, Panhye –la mujer le hizo una reverencia y se dirigió a la puerta, en el cruce de las escaleras se encontró con la reina y la mucama del príncipe –Majestad, parece que el príncipe tiene un poco de fiebre, podría ser un resfriado. Iré a traerle un poco de té.

—Gracias Panhye, iré a verlo. Jazmín, puedes ir con ella.

—Si, majestad –ambas mucamas se retiraron y Azura se dirigió a la habitación de su hijo, tocó un par de veces y entró. Al instante el joven giró para ver a su madre, intentó incorporarse pero ella lo detuvo.

—Tranquilo hijo, descansa.

—Tenemos invitados, mamá, debo levantarme.

—Un poco de descanso no ofende a nadie, mi amor. Recuestate –Noah obedeció a su madre y se dejó caer de nuevo en su cama –¿Me vas a decir cómo te resfriaste?

—Anoche, Lauren quería ver una de las torres del castillo. Le dije que el reino se veía hermoso de noche, pero no contaba con que comenzaría a llover. La brisa del aire frío me dio casi de frente y aunque fueron solo unos minutos, creo que si me afectó un poco –Azura sonrió y le acarició el cabello.

—Panhye te traerá té, descansarás el día de hoy hasta que te sientas mejor ¿De acuerdo? –Noah no respondió, en su lugar intentó levantarse –Noah ¿me escuchaste?

—Si madre. Escuché y comprendí claramente, pero soy el heredero ahora y debo cumplir con mis deberes tanto como príncipe como heredero.

—Hijo... –Azura suspiró –No existe ley que diga que la salud del príncipe va después que su trabajo. Haces un excelente trabajo como príncipe y como heredero, mi amor. Me recuerdas mucho al Príncipe Alexander –el joven la miró, ella le sonrió –. Él solía aparentar estar bien solo para cumplir con sus deberes... Hijo, eres un excelente príncipe heredero... Te mereces un descanso, no te preocupes por tus actividades... Eres el príncipe, después de todo.

—Es que, bueno... Le prometí a Yena que le ayudaría con una de sus pinturas hoy y a Lauren que iríamos a la biblioteca –se levantó pero un mareo lo hizo sostenerse de la cama, cerró con fuerza sus ojos.

—Noah, aun son las 7:40 am. Yena no vendrá hasta después de las 4pm. Descansa, mi niño –el príncipe hizo un puchero y volvió a meterse en la cama, Azura sonrió y le acarició el cabello.

¿Exilio? |#3| © TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora