Capítulo 31

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—Hai... –levantó la vista de su escritorio hacia la puerta –Tus amigos están aquí –abrió los ojos con sorpresa y se levantó rápidamente para dirigirse al piso de abajo seguida de su tía.

—Les dije que no vinieran, nunca me hacen caso –resopló.

—No puedes culparlos por querer graduarse contigo –suspiró y caminó hacia la sala, dónde Frida le acomodaba el vestido  Miranda mientras Fer charlaba animadamente con Nath. Hai sonrió con emoción al ver a sus amigas sonreír.

Y es que se veían preciosas.

De un momento a otro ambas la miraron y corrieron hacia ella para abrazarla.

—¿Estás segura de que no vas a venir?

—Aun estás a tiempo. Eres la princesa, no te van a decir que no en la entrada –dijo Frida.

—Lo siento, chicas. Pero es mejor así –ambas hicieron un puchero –. Las dos ven hermosas –Miranda se sonrojó un poco pero Frida sonrió.

—Lo sabemos. Gracias por ayudarnos a escoger y comprar los vestidos... Aún quiero pegarte por pagar esto a escondidas de mi –Hai sonrió con malicia y desvió la mirada hacia Fer que no dejaba de lanzarle miradas a su novia.

—Sé que no lo harás porque estoy segura de que valió la pena –ahora su amiga si se sonrojó y la abrazo de nuevo.

—Y porque es el vestido de mis sueños. Gracias, princesa.

Su vestido era largo y rojo. De hombros descubiertos y la falda larga de tulle. Tenía piedras plateadas en la cintura como decoración. Y estaba de más decir que no solo destacaba su figura sino a toda ella en general.

—No hay de qué, Frida.

—Ah, y gracias por convencer a la madre de Mir de que el vestido rosa fosforescente habría ridículo para una graduación –la chica resopló.

—Tiene toda la razón...¿Cómo lo lograste? Ahora tendré que ponerte un altar en mi cuarto –comentó Miranda.

—Solo le dije que su elección era bonita pero que a tu preferirías usar algo menos llamativo en tu graduación –se encogió de hombros.

El vestido de Miranda era de dos piezas, el top tenía escote barco, cuarzos verde y piedras plateadas. La falda era larga y semicirculo de color verde menta. No solo era su color favorito, sino que también le iba perfecto a su tono de piel.
Su amiga la abrazó.

—¡Eres la mejor princesa del mundo! –Hai se sorprendió pero sonrió y le devolvió el abrazo –Aun así me hubiera gustado que fueras también a la fiesta.

—Tengo una mejor idea, Hai tiene algunos vestidos de fiesta en su armario. Podrían venir un día y les hago una sesión de fotos –Hai fulminó a su tío pero ambas chicas gritaron emocionadas.

—¡Jalo!

Luego de un rato de más charla y unas cuantas fotografías, sus amigos se fueron. Hai se quedó en la puerta observando el auto de Fer alejarse.

—Ellos tienen razón, aún estás a tiempo de ir a la fiesta.

—Lo sé, pero ya he tomado mi decisión. Hace unos días en la boutique Frida tuvo que llamar a la policía para que se llevaran a los reporteros. No quiero que vuelva a pasar eso.

—Entonces... Creo que ya es hora Nath –Hai los miró curiosa.

—¿Qué sucede? –dijo cerrando la puerta y adentrándose en la casa. Ambos jóvenes la miraron y fue su tío quien le extendió un sobre que al instante reconoció y lo tomó rápidamente –Oh God...

¿Exilio? |#3| © TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora