Capítulo 15

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Escuchó tres toques en la puerta.

—Adelante –vio a su tía asomar la cabeza una vez que la puerta estuvo entreabierta.

—Hola Hai ¿Estás ocupada?

—Algo... –señaló el libro de física que estaba leyendo –¿Porqué?

—Iré a comprar el mandado ¿quieres acompañarme? –ella la miró fijamente y negó levemente, Sylvia rió –. De acuerdo entonces, sólo no le abras la puerta a desconocidos.

—Las únicas personas que conozco son tu y el tío Nath, es decir, solo Nath. –Sylvia rió.

—Excelente... ¿Segura de que no quieres venir? Me tardaré un poco.

—Estoy segura, yo... Aun no me acostumbro al cambio y tal vez nunca lo haga.

—Bueno, cinco años es muy buen tiempo para hacerlo. Si vienes te compraré un dulce.

—No soy una niña pequeña, Sylvia.

—No pero a ambas nos encantan los dulces. Ah, ¿necesitas algo en específico? –Hai se encogió de hombros –¿No sabes?

—No estoy segura.

—Me voy en cinco minutos, si no te decides, lo lamento.

—Aún no me... No me siento bien como para salir... Tal vez en otra ocasión, tía.

—Le entiendo, no te preocupes. Pero tienes cinco minutos para revisar qué te falta y decirme. Estaré abajo –y salió cerrando la puerta. Hai echó un vistazo a la habitación, a su escritorio, a su closet y aunque si había algo en particular que quería, decidió no comentar nada. Tal vez después lo podría conseguir. Dejó a un lado el libro y caminó a la puerta, salió y bajó las escaleras. Sylvia metía su teléfono en su bolsa de mano –¿Entonces?

—Por ahora estoy bien.

—De acuerdo. Ya que vas a estar aquí, en unos 40 minutos Fer vendrá a recoger esa bolsa que está sobre la mesa. Solo tienes que entregársela y listo –Hai tensó la mandíbula y suspiró.

—De acuerdo.

—Me voy entonces, vuelvo más tarde –Hai se quedó en la escalera mirándola irse.

En cuanto Sylvia cerró la puerta y escuchó el auto alejarse regresó a su habitación. Llevaba apenas cuatro días y estaba lejos de acostumbrarse al cambio. Se distraía leyendo sus libros de ciencias y escuchando musica a todo volumen. Justo iba a la mitad de "PASTA" de New Rules, cuando escuchó el timbre resonar casi en toda la casa. Resopló y apagó la música para bajar y abrir la puerta.

—Oh, hola... Alexandra –dijo el chico y tragó duro.

—Hola.

—Am... Yo... Solo venía por algo –se rascó la cabeza con nerviosismo y bajo la mirada a su libro de matemáticas –Estoy estudiando. Ya sabes, el examen de admisión.

—No suena tan difícil.

—Tendrías que ser una genio para decir eso. La Universidad solo acepta a menos del 50% de los que presentan –Hai lo dejó entrar y caminaron hacia el comedor –De hecho, quería pedirle ayuda a Sylvia en ingles y a Nath con química, pero veo que no están.

—No, ellos salieron –tomó la bolsa en sus manos y se la extendió al chico –Aquí tienes.

—Gracias –pero la miró fijamente –¿Tú...?

—¿Yo?

—Nada, iba a preguntarte si sabías algo de matemáticas pero...

—¿Pero? –Hai encarnó una ceja.

¿Exilio? |#3| © TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora