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Asagiri estaba deprimido. Sentía que todos eran felices menos él. En ese mundo tan fácil y complejo a la vez, se le había presentado una problemática que con 3700 años de evolución nunca se le había pasado por la cabeza. Cómo le dijo el 4 de enero, le gustó desde que se dio cuenta de su existencia.

Nunca supo diferenciar la admiración del amor con Senku. Simplemente estaba tan perdido, su mente daba tantas vueltas y se reprochaba tanto que ya no valía la pena decir lo mal que se sentía, sería repetir de manera innecesaria.

Pero, por su parte, él realmente nunca supo cómo se sentía Senku al respecto; ya que la vez que le preguntó, solo recibió respuestas cortantes. Tampoco sabía que era lo que sentía el científico acerca de su relación con la rubia.

Sin embargo... Parecían felices.
Y en su mente egoísta, le molestaba.

Los días seguían pasando, la estación por la que pasaban con resentimiento empezaba a apagarse dejando lugar a días más llevaderos de primavera, donde las tardes frías ya no serían un problema para Gen.

La aldea seguía funcionando con aquel vocero erudito que daba las órdenes de trabajo, claramente esto ya se había vuelto habitual, un día a día en el pueblo. Aunque, cierto dúo entrañable se hacía extrañar: Senku y Gen se habían distanciado un montón, casi no se hablaban sí no era de importancia y por parte del mentalista evitaba estar cerca de él.

Por lo que cierto castaño curioso preguntó a un tercero acerca de la situación. Más bien, a una tercera.

— Kohaku, ¿sucedió algo con Senku y Gen? —preguntó discretamente mientras realizaba otras labores.— Quiero creer que no soy el único que notó lo indiferentes que están, es muy raro. Además, ya te pregunté sí viste algo distinto y no me quieres contestar, ¡dímelo de una vez, sé que sabes algo!

— Ah, respecto a eso... —La rubia estaba dudando de qué responder. "Imagino que no le molestará" pensó.— Está bien, supongo que sí te callas de una vez te lo diré. 

— Sí, te dejaré de molestar, pero quiero enterarme de una buena vez, ¡vamos!

— Gen se me declaró. —dijo sin pelos en la lengua.

— ¿QUÉ? —ágilmente la mano de Kohaku cubrió su boca.

— ¡No grites, estúpido!

— Per-perdón —Dijo Chrome disminuyendo drásticamente su voz y cerrando un poco los ojos.— Pero, Kohaku, ¿qué tiene que ver con Senku?

La mencionada se cruzó de brazos, y en una pose de victoria mencionó: — Porque Senku y yo, salimos.

— ¿¿QUÉ?? —esta vez se llevó un golpe en la cabeza.— ¡ay, ay! ¿por qué actúas como un gorila? ¿Siquiera Senku te considera una mujer?

El castaño terminó con una montaña de chichones. 

— Lo siento. — Mientras se agachaba.

— ¡Hmph! —resopló y miro indignada hacía un lado.— ¿Tan raro te parece? 

Él recién shockeado retomó la postura, y analizó un poco la locura que soltó la rubia. Bueno, quizás no era tan disparatado como lo realizó en primer lugar. Sin embargo, lo de Gen era más extraño; él no parecía interesado en la ojíazul, pero antes las pretensiones de un harem que eran unos de los deseos del mentalista, podría ser... 

— No, está bien. Igual me parece algo un poco trivial por lo que Senku se enojaría, es decir, no pensé que es era el tipo de persona que le enojaría algo así. 

— Mmhm... 

Y ciertamente tenía razón. Ishigami en primer lugar no habría actuado tan resentido hacía un amigo solo por eso, él no era inseguro acerca de su relación. Sin embargo, estaba claro que había algo más que lo inquietaba, que carcomía tanto su sentido común hasta poder llegar a ese punto, lo cuál lo desesperaba cada día más. Eso no podía seguir así.

Habían pasado un mes, o dos. Eternos, muy largos y aburridos para cierto mentalista. Las horas no parecían pasar como habitualmente, las rencorosas parecían estar en su contra, como para que le fuere más complicado llevar la situación y olvidarse del tema. Ya era de primavera. Los fríos días se habían dejado atrás, para poder amanecer más temprano con el abrazador calor de las mañanas y no una horrible ventisca en su lugar. Así pensaba Asagiri; le gustaba mucho la estación que estaba transitando. 

¿Qué día será hoy?... ¿Estos días, cuánto se supone que irán a durar? antes de amanecer él, amanecían sus incesables preguntas; el mundo en el que se encontraba era tan confuso que le daba ansiedad no estar consciente de tantas cosas importantes en su vida. La única persona que sabría en qué fecha se encontraban era seguramente el científico que con resentimiento pasaba de largo cuando lo veía. Había perdido la cuenta, Gen solo se preocupó de eso cuando fue el cumpleaños de Senku.

Por lo que, solo le quedaba resoplar y obedecer. Le daba coraje todo, pero no tenía coraje para decirlo. Se reprendía su profesión cada vez que podía.

— ¡Pueblo! — exclamó Ishigami. —¿Saben que día es hoy? 

"Ni siquiera puedo hacer la broma de decir únicamente la fecha..." pensó Gen.

— Decidí que iríamos un rato por los bosques. Nunca debemos olvidar las viejas tradiciones. ¡Hoy es "Midori no hi"! 

Todos en la aldea se extrañaron. Sin embargo, Gen recordó aquella festividad japonesa: "El día verde" o "Día del Verdor" que formaba parte de la Golden Week. Un bello día en el que se dedicaba a contemplar la naturaleza. Un incentivo para recorrer jardines, parques y lindos lugares en general. 

Asagiri iba a lanzar un comentario acerca de la proposición. Alguno sarcástico, o humorístico. Pero se lo guardó. Tenía los ánimos por los suelos, enseguida se unió a la multitud sin musitar palabra.  

— ¿Qué es? — preguntó Chrome. — ¿Qué tiene que ver el bosque? 

Senku esperaba que Gen dijera algo, después de todo él tendría que saberlo.

— Es el día Nacional de Japón dónde apreciamos la flora de los rincones más verdes. También se siembran árboles para ayudar al ecosistema, aunque no será necesario en estas épocas. Un día dónde alientan a las personas a visitar la naturaleza. —Juntó las palmas en un aplauso.— Deberíamos, tomarlo en cuenta, un tiempo en el día al menos. Me pareció un buen refresco. Después, todos seguirán trabajando. 

— ¡Me encantan las plantas! —gritó Ginro.

— A ti lo único que te gusta es tener tiempos libres.—Fanfarroneó Kinro.— Te quedarás aquí a hacerme compañía, no irás a ninguna parte.

— ¡Nooooo! ¡quería celebrar este lindo Midori hi hi!—Rogó mientras era arrastrado con un poco de pasto en las manos.

— ¡Buen intento, pero es Midori no hi! 

Todos se reían un poco del pobre rubio que siempre tenía que cumplir su rol de guardia a pesar de su dejadez y vagancia. 

Estaba soleado, hacía un tiempo perfecto y no podría haber mejor ocasión. Tímidamente revoloteaba una que otra hoja, haciendo del paisaje del presente el mejor para honrar ese lindo día. 

"¿Acaso no celebramos esto, todo los días?, siempre estoy observando más allá de mis narices tierra, flores y árboles". En la mente de Asagiri, no tenía sentido. Tampoco tenía particulares ganas de hacerlo. Menos sí iba la acaramelada pareja. La entretenida expedición perdió el color para él. Decidió dejar de lado eso e ir a otro lugar aprovechando el tiempo libre.

Entonces, alguien tocó su hombro.

— ¿Mhm? —se dio vuelta. 

— ¿Vamos, Gen? —esta fue la primera palabra que le dirigió Senku después de tanto tiempo. 

Gen estaba muy sorprendido, el tocarle y dirigirle la palabra se le había hecho ambiguo después de dos meses, tan repentinamente su corazón latía con fuerza. 

— Ergh... —miró hacía un lado. 





















un capítulo más divertido para aliviar tensiones, aprendan junto a los del pueblo Ishigami las festividades de Japón(? JAJAJ.  

oigan eso del imperio tsukasa, la guerra y todo cuando llegara la primavera, no pasará aquí JAJAJ por sí acaso. 

sin nada más que acotar, sayonara. 

Komorebi | SengenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora