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Cuncumen. "Murmullo del agua" que fluía como tal, ante tales palabras. Acompañado de un latido de corazón acelerado que delataba totalmente. Ishigami sentía eso. Es sorprendente como en este idioma hay una palabra para referirse a cada detalle de la vida. La declaración de Gen en medio del río... Quizás ese era el vocablo apropiado. Sin embargo, estaba totalmente anonadado, quería decirle algo, pero sus cuerdas vocales se estaban peleando entre sí para buscar una respuesta adecuada, sus brazos quedaron tiesos y sus ojos ni a parpadear se atrevían. Nunca había estado en tal adrenalina y sin una sola palabra.

Enseguida se vio salpicado, y traído de vuelta a la realidad. Asagiri con todas sus fuerzas se levantó y se sacudió un poco.

- ¡Ajajajaja! Senku-chan, desahogarte de esa forma realmente alivia tu cuerpo. Desata todos los nudos y le quita pesar a tu espalda, se siente muy bien incluso sí no recibo respuesta.

Salió de aquel arroyo que consigo se llevó su dignidad y sentimientos. Caminó un poco más allá de Senku y sin voltear, musitó:

- Yo, no tengo que explicarte esto, ¿verdad? Eres lo bastante listo para entender a lo que me refiero. No te sientas en la obligación de contestar, estoy genial y esto no afectará en tu vida ni nada parecido si así no lo deseas. -Juntó sus manos y se marchó. Apenas estaba en distancia favorable aceleró su paso y terminó corriendo con una expresión indescifrable.

Aunque, sí dijésemos indescifrable, probablemente sería mentira. Era evidente que tipo de rostro portaba en su huida post-confesión sin devolución alguna.

Por su parte, Senku se sentó. Necesitaba procesar lo acontecido

Volviendo atrás en el tiempo, e imaginando con confusión aquellas dudas que se le habían presentado acerca de la relación con Kohaku, nunca se había sentido en tal conflicto acerca de ese tipo de temas hasta el momento, cuando con unas cuántas frases, el mentalista revolcó su corazón cómo nunca lo había hecho la rubia. El científico era listo para muchas cosas, demasiadas se podría decir, pero el amor se le daba bastante mal. A su razonamiento era inefable aquel choque que sufrió su persona. Pero solo había sido un flechazo.

Siempre fue fiel a su juramento caprichoso en contra de las interrelaciones con los demás seres humanos, ya que le parecían una total perdida de tiempo. Nunca sintió nada especial por nadie, y veía un desperdicio de energía inmensa en ese intercambio de sentimientos.

Pero, sí alguien, con tan solo mirarte, o pensar en ella puede acapararte el estómago de mariposas... Deberías de tomar agua, para ahogarlas. No te sirven, solo te hacen débil y vulnerable, ningún beneficio. ¿Por qué rayos esas molestas mariposas querrían recalcar lo atontado y enamorado que estás de alguien?

¡¿Y por qué razón no estaba pudiendo aplicar eso en aquellos momentos?! ¡estaban especialmente insoportables!

Empezar a salir con Kohaku, quizás, solo fue un experimento para él. Pero imaginárselo de esa forma lo hacía sentir peor, peor por jugar con los sentimientos de alguien tan pura y que daba su más sincero afecto. ¿Por qué con Gen se sentía tan diferente? ¿Y por qué fue tan egoísta e infantil respecto a lo anterior mencionado?

Tantos interrogantes estaban mareandolo.

Ese cabello extraño, medio blanco, medio negro, era suave. Se sentía bien al tacto. Tenía un cuerpo tan delgado como una mujer, y era extrañamente alérgico al frío, en sentido de que una brusca brisa bastaba para hacerlo tiritar y enfermar, parecía delicado, tocarlo se sentía totalmente estremecedor. Por lo menos para Senku, Asagiri empezó a parecerle eso. Como sí fuera una flor de primavera en medio de la niebla.

¡Claro...!

Emprendió una carrera en contra de su ignorancia. El pisar cada hoja seca significaba un cambio cada segundo. Se dirigía a la aldea con las mayores prisas.

- "Senku-chan". Era un apodo que cuando apareció en su mente hizo que se le erizará la piel; ahora tenía un significado totalmente distinto. ¿Cuál exactamente? ese mentalista iba a darle todas las respuestas.

- ¡ASAGIRI GEN! -gritó a todo pulmón apenas llego, con gotas de sudor recorriendo su cansancio y agitación.

Miro hacía un lado, y al otro, no lo veía por ninguna parte. Solo seguían cayendo hojas de los árboles, cómo sí estuvieran burlándose de él y su impotencia.

Cuando fue hasta al observatorio, en busca de pistas, encontró una nota delicadamente colocada a un lado del telescopio.

"Senku-chan, no sé sí alguna vez te paraste a apreciar mi profesión. Quizás por mi manera de actuar tan patética reciente, la hice a un lado. Sé exactamente lo qué me dirás. 'Gen, no entiendo lo que siento, yo no entiendo estos sentimientos'... O algo así. En tu búsqueda, me encontrarás a mi, y sabrás qué hacer. Cuándo te sientas seguro me gustaría que te presentes de ser posible. Aunque hay muchos asuntos que debes resolver, como el inseguro pájaro al que le enseñaste a volar sin atreverte tú mismo a hacerlo. Aquel que te entregó toda su voluntad e hizo funcionar su relación con su héroe. No pienses romperle el corazón y arrancarle las plumas para intentar pegartelas a ti mismo."

Del reverso de la hoja decía:

"Oh wow, hasta yo me sorprendí, soné genial, ¿verdad? no hace falta explicártelo, ¿cierto? me gustas. XOXO -Gen"

Este maldito mago de cuarta, ¿qué se piensa? ¿qué estamos en un juego de escondidas? es tan inmaduro, además de hacerse el filosófico... Ni él sabe que quiso decir, seguramente.

Pero... Hizo que Senku se sonrojase de todas formas.

- ¡Senku! -una vibrante voz femenina se asomaba por las escaleras. - ¡Estoy tan feliz! cuándo volvíamos del recorrido, Gen vino y me contó que probablemente cumplíamos un "aniversario", ¿por qué nunca me contaste qué era?- se arrimó cariñosamente.

La felicidad y el amor se notaban en sus palabras. Ishigami estaba por aceptar un extraño reto de niños.

Te encontraré.




















créditos a mo_chiya en Twitter por la imagen

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Komorebi | SengenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora