Cartas de amor a Roma

Pizza

Hace dos años en algún lugar de Madrid...

-Mamá ya estoy en casa.

El silencio me responde, dándome la bienvenida a mi casa de toda la vida.

-¿Mamá estás aquí?

Nadie responde, voy a la nevera, no hay ningún POST-IT o ninguna nota de mi madre diciendo a donde a ido.

Voy al baño, no hay nadie. Voy a mi habitación y no hay nadie.

-Mamá, ¿dónde estas?

Miro al suelo, he pisado algo líquido, Mel (mi perra, una pastor alemán) se habrá hecho pis, pero no es orina, es sangre.

-¡Mamá!- se me quiebra la voz al ver la silueta de mi madre tirada en el suelo, al lado de la mesa de cristal hecha añicos. Y Mel a su lado, quieta sin ladrar, sin moverse, simplemente mirándola, tan desconcertada como yo.

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Autobús de Roma, destino universidad se Bellas Artes.

-¿Mascotas?- le pregunto a Eric

-Sí, una perrita, se llama Mel.

-¿Raza?

-Pastor alemán.

-¿Familia en España?

-Siguiente pregunta, por favor.

Justo cuando iba a preguntarle con respecto a su comida favorita, me toma la mano y sale corriendo del bus.

-La pizza.- dice el con una sonrisa burlona.

-¿Cómo?- le pregunto ¿a qué viene eso?

-Mi comida favorita, la pizza.

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Entrevista [traducida]

-Señor Leornado, le advierto de que la veo muy cualificada.

-¿Está siendo usted objetivo, Eric?

-¿Disculpe?

-Sí, se que me entiende.

Me tocaba intervenir.

-Señor Leonardo, actualmente no estoy en ninguna relación estable. Tengo acabados los estudios del colegio y del bachillerato, me defiendo perfectamente en italiano, español, francés y griego. Se llevar cartas, y tengo en mis planes estudiar Bellas Artes.

Silencio. Eric me miraba ¿enfadado? y el señor Leonardo escribía en un papel.

-Contratada.