Trabajo

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Tacones negros, pantalón blanco, blusa negra, americana blanca, pelo limpio y bien planchado, rimel y raya... Todo listo, pero... ¿Estoy yo lista? No confio en mi misma, y es que la crisis tambien la hay en Italia, ¿por qué iban a coger a una chica sin estudios?
Me tengo que metalizar, pediré empleo como recepcionista, chica del correo, chica de ayuda en tiendas de ropa...
-Chiquilla, relajate. Aquí se fijan en el continente y no en el contenido, y tu tienes buena planta, así que a por ellos niña.
Oir hablar a Esther me relajaba, no solo por lo que me decía (contenido), sino también por su acento andaluz (continente).
Saqué fuerzas de flaqueza, y fui en busca de trabajo.

(...). (...). (...). (...).

La barra estaba vacía, y el bareto en su totalidad también, así que me quité los zapatos.
-Luca, un martini, please.-dije algo desanimada.
-¿Hubo suerte, bambina?
-No, ¿no se nota?
-Uff... Española susceptible, hablaré con Eric para que te atienda él, que así yo no se trabajar.
-¿Que no sabes trabajar, cómo Luca?
-Hola Eric- dije dándo un trago al martini.
-Úrsula, hola- dijo el... ¿Nervioso?
-Mira Eric, la bambina es... ¿Cómo se dice depressa?
-Deprimida-dijimos Eric y yo al mismo tiempo.
-Vale, Luca, vete a la cocina y hablaré yo con ella, que a ti el español... - otro largo trago de mi martini.
-Stronzo... -murmuró Luca mientras se dirigía a la cocina [stronzo=estúpido]
Eric se puso medio delantal, y se puso tras la barra. El me miraba, yo bebía.
-No vas a encontrar trabjo en el primer día, eso tenlo por seguro.
-Ya lo se, pero comprenderás que esto ayuda a que me sienta sola.
-¿Sola?
-¿Mi país? No ¿Mi idioma? No ¿Mi casa? No ¿Mis amigas? No
-¿Tu novio?-me lo preguntó serio, como si fuera mi padre o algo así.
-Forma sutil de sacar información- di un trago de mi martini, ya casi acabado- no, Eric, no tengo novio.
-Ah, bien.
-¿Bien?
-Es decir vale, ¿qué se dice a esto?
-Tequila.
-¿Cómo?
-Que me sirvas un chupitp de tequila.
-Marchando.
Me lo sirvió y me lo bebí, no me dejó beber más.
-Puedo intentar meterte como chica del correo en la universidad de bellas artes, se que andan buscando a una chica para eso.
-¡Si, porfavor sería perfecto! ¡Gracie gracie gracie gracie!
Le salté al cuello y le di un beso en la mejilla.
-Cartera a Roma.
-A lo mejor llevo alguna carta de amor tuya hacía otra profesora...-dije con cara pícara (😏 esta, para ser exactos)
-Cartas de amor...
Risas de ambos indundaron el solitario bar.
-Y bien, ¿hay alguna profesora?
-Alumnas más bien...
-¡Pederasta!
Más risas, y cayeron algunos chupitos más de tequila.
-Era broma, como tu estoy libre, sin compromiso.

Cartas de amor a RomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora