—¿Tienes el eyeliner que te dije?
Estaban en el baño del restaurante en el que se celebraba el acontecimiento del año: la boda de Emmett. Hacía calor, pero no en exceso. Al estar en la costa se apaciguaba un poco aquella masa de aire caliente.
—Creo que era este, pero no estoy segura.
—A ver, déjame ver.
June alzó el paquete del eyeliner a contraluz, viendo algo que Alex no lograba entender.
Hubiera sido fácil haberle dicho a su hermana que le hiciera el eyeliner, pero seguramente no hubiera quedado ni la mitad de bien de lo que se lo haría June, y estaba Emmett para corroborarlo.
—¿Ves bien? —preguntó Alex cuando la vasca no respondió.
—No. Me he dejado las gafas en casa y encima voy borracha. Pero creo que el eyeliner te va a quedar de puta madre.
—Confío en tu pulso de artista, Junito.
—Confía en el Kali.
—¿Y en el Dandee?
June no respondió, se limitó a mover el eyeliner antes de sacar el pincel. Era de color azul eléctrico con purpurina.
—Te voy a dejar como a David Bowie después de cuatro rayas de coca.
—¿Eso es bueno o...? ¿Quién es David Bowie?
De repente, la puerta del baño se abrió. Por ella, una chica vestida de alien sujetando un zumo de arándanos de tetrabrick se quedó en una esquina.
—¡Se me acabó mi zumito!
—Hola, Javiera —saludó June sin levantar la vista del ojo de Alex —Mira en mi bolso, creo que aún me quedan un par allí.
—¿Es que no le vas a decir nada de su traj...?
—No lo digas, Alejandra —interrumpió June en voz muy baja —. Está pasando una fase complicada.
—Do you remember, we were sitting there by the water?
Se quedó frente al espejo, lo suficientemente apartada para que las dos chicas pudieran seguir maquillándose sin ser molestadas y poder observar al alienígena en su mental breakdown.
—¿Javi...?
Javiera sacó una botella de vodka de la única bota que tenía puesta, mientras se miraba en el espejo de manera dramática, como en un capítulo de Glee pero sin Rachel siendo una puta pesada.
Y procedió a darle un largo trago con los ojos llorosos.
—She is the best thing that's ever been... —cogió aire, reteniendo el llanto —.
...MIIIIINEEEEEEEEEEE.
Alex se limitó a observar como el alienígena se sonaba los mocos cada vez que dejaba de beber. June de vez en cuando se reía de su amiga, pero no iba a permitir que su maquillaje acabase mal.
—Me perturba que nos esté mirando así de tensa desde la esquina. Parece un pervertido.
—He perdido mi otra bota —dijo entonces Javi arrastrando las palabras. Podría haber incendiado todo el baño solo con su aliento —. Creo que se la lancé a Mer, pero no recuerdo cuando.
—Ay Javita, ¿qué haces así de borracha cuando aún no ha empezado la fiesta?
Una vez que acabaron, salieron al precioso jardín. Había muchísima gente que esperaba tras un altar hecho con latas de coca cola espachurradas y un póster de La cosa más dulce tamaño de 100x140 colgado en forma de pancarta.
