Narra NamJoon
-Kim NamJoon, actualmente 27 años, dueño de las empresas Kim, joven, guapo, con un futuro próspero. Heredó una empresa de suma importancia siendo apenas un crío, y aún así supo arreglárselas para que el negocio aumentara sus ganancias, su importancia y prestigio, a comparación de cuándo su padre estaba al mando. Parecía que lo tenía todo, una buena casa, una buena vida, demasiado dinero, pero... entre todos los lujos, los viajes, una vida llena de comodidades, él aún sentía un vacío. No sabía cómo describirlo, pero cada vez le preocupaba más, se sentía decaído, sin ganas de hacer las cosas, sin motivación.
Él se había cansado de su vida, de los lujos, de las comodidades... él se sentía sólo, así que buscó a alguien, una compañera de vida, porque sí, recientemente comenzó a creer en él, en el deseo de tener una familia. Por desgracia suya, también se había cansado de buscar a una mujer, ya que todas ellas también lo habían defraudado, púes sólo buscaban su dinero o simplemente pasar buenos momentos por él. Finalmente, se rindió.
Cada noche en su habitación se recordaba lo sólo que estaba, la cama, el comedor, las habitaciones, la casa, todo era muy grande y siempre se preguntaba, de qué sirve ser millonario, de qué sirve manejar una gran empresa, de que sirve una gran casa sí no puedo ser feliz, sí las mujeres buscan mi dinero, sí mis supuestos "amigos" sólo me buscan por conveniencia y no tengo tiempo para mis verdaderos amigos. Definitivamente, él deseaba una vida normal.
Eran las 23:20 PM, el trabajo de aquel día había sido una mierda y de camino a casa lo pensaba una y otra vez, no quería volver a ahí, un lugar frío, sin nadie que pueda consolarlo por ese mal día-
Entra por esta calle.
-Le dijo al chofer, el cual se limitó a sólo asentir. Él sabía que la ruta era un poco más larga, pero así quiso hacerlo, a pesar del cansancio y la fatiga, él haría lo posible por no llegar a su hogar.
Lamentándose en el asiento trasero del auto, decidió acomodarse y mirar por la ventana, ya que regularmente no lo hacía, observó las calles vacías, las pocas luces que iluminaban aquel pabellón y las casas, que de igual forma estaban vacías, el vecindario era uno de los menos habitados, por eso le gustó en un principio pero ahora es algo que no tolera. Continuó observando, hasta que algo, o mejor dicho alguien captó su atención-
Detente...
-Le ordenó al chofer, deteniéndose lo suficiente lejos para no ser detectados pero, perfecto para que pueda ver aquel espectáculo. Allí estaba ella, una chica de complexión delgada, pequeña y a primera vista frágil-
¿Qué rayos?
-La escena se intensificaba, tres chicos, siguiendo a aquella chica, rodeándola en un instante-
La van a lastimar.
-Asombrado y a un paso de salir del auto, decidió quedarse sentado, ya que estaba anonadado ante tal acto que sucedía en la banqueta frente a él. Aquella chica con apariencia delicada, se movía con agilidad, haciendo caer a cada chico a su alrededor. Él sólo observó fascinado, asombrado, no tenía palabras que describieran los sentimientos de ese momento, estaba hipnotizado, consideró a esa chica como una rosa, con tanta belleza, pero a la vez peligrosa, le emocionaba.
Los días pasaban y él hacia lo posible para ver a aquella rosa de nuevo, algo en ella le causaba curiosidad, quería conocerla, tenerla cerca, protegerla y a la vez... hacerla suya. Finalmente, se acercó a ella y con él tiempo sus sentimientos se fueron aclarando. A pesar de ser una relación prohibida, no podía negarlo, él... se había enamorado de una rosa.
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La Chica de las Peleas. (RM Y TU) EN EDICIÓN.
Fanfic¿Entre la oscuridad, se puede encontrar un pequeño rayo de luz? Lo que estoy viviendo no es fácil, después de todo ya no soy alguien importante... sin embargo... nunca imaginé que el "destino" hiciera una jugada asi. • • • Aquel hombre, Kim NamJoon...