|| PRÓLOGO ||

545 73 106
                                    

Mason

Desde que tengo uso de razón, siempre "esa voz" ha estado allí. El día en que unos imbéciles adolescentes con aires de superioridad me quitaron mi bicicleta en el parque, oí a alguien decir "tienes que matarlos", y al voltear vi que no había nadie.

Sinceramente pensé haberme vuelto loco, ya que esta voz se hacía cada vez más constante.

Luego una figura idéntica a mí pero con una sonrisa siniestra, se sentaba a mi lado o caminaba conmigo. Al principio asustaba, pues al confirmar que ni mamá ni papá lo podían ver me hacía pensar que estaba fuera de mis cabales, pero ya con el paso del tiempo nos hemos acostumbrado a la compañía el uno con el otro. Dylan, esa parte que saca lo más oscuro de mí ha sido mi compañía y podría atreverme a decir que mi amigo.

"Ay Mason, a veces puedes ser tan marica"

—Ya cállate Dylan, tenemos que empacar para salir ya de esta maldita ciudad.

"Tan maldito se te hace estar aquí, pero no recuerdas que gracias a eso te he hecho tener unos cuantos orgasmos"

Ya me estaba hartando escuchar a Dylan, y el simple hecho de no poder hacer nada para que ya no estuviese por lo menos unas horas en mi cabeza, me estaba frustrando.

Sigo empacando mientras el reflejo de mi esquizofrenia se hace presente caminado por mi habitación tarareando una canción de lo que podía reconocer como Sleeping with Sirens.

— ¡Mason, cariño, el coche llega en tres horas, apresúrate lo más que puedas! —grita mamá desde la planta baja de la casa con la voz un poco más gruesa de lo normal. Es ella quien más sufría por el hecho de que nos mudaremos no solo de casa sino de país.

Mi padre hace aproximadamente 5 meses ha sido diagnosticado con cáncer de pulmón, y ha avanzado cada vez más desde hace 1 mes. Por lo tanto los doctores han recomendado a mi familia viajar a Estados Unidos, específicamente en Portland dónde se encuentran los mejores especialistas para este tipo de casos.

—Lo único que me agrada de que podamos salir de esta mierda es que gozaremos de las chicas. Más víctimas para mí lista —dice Dylan acercándose al borde de la cama para sentarse.

—Claro, así como yo consigo orgasmos a tu costa, tú consigues alimentar tu retorcido placer gracias a mí. Creo que estamos a mano amigo.

—Bah, como si a ti no te gustara matar chicas estúpidas y superficiales. Le quitas la diversión a todo Mason —y sin más desaparece.

Pasa alrededor de dos horas y media cuando ya tengo todo listo y ordenado para decirle adiós a la que dejará de ser mi habitación. Saco mis maletas junto con mi guitarra y me dirijo a la planta baja de la casa.

Voy a la cocina donde mis padres se encuentran comiendo un pastel que mamá hizo para antes de irnos al aeropuerto.

—Toma un trozo cielo, está delicioso —y como buen hijo hago caso a lo que mi señora madre me indica. Podría decir que se siente como la gloria cuando pasan por mis papilas gustativas — ¿Has empacado todo? Ayúdame a sacar las maletas que están en nuestra habitación.

Voy hacia su cuarto y saco todas las maletas que se encuentran en ella. Ya teniendo todas fuera, escucho el claxon de un auto y sé que es hora de partir.

"América espera nuestras atrocidades, hermano."

*****

NOTA:  Holaa, personita linda que le dio una oportunidad a nuestra historia. Antes de todo, queremos aclarar que no somos escritoras profesionales, esto solo lo hacemos por diversión y esta es nuestra primer historia. Está sin corregir y pueden encontrar algunas fallas, pero como dijimos anteriormente no somos profesionales. Esperamos que sea de su agrado y sigan apoyándola, se les quiere.



Una razón para no matarte [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora