|| Capítulo I ||

253 52 49
                                    


Alison

Es la 1:50 pm y Nate no da señales de vida. Mi mejor amigo no se caracteriza por ser puntual aun y cuando ayer antes de dormir le mandé un mensaje para que me recogiera temprano ya que hoy debo ir al Providence Portland Medical Center. 

Me levanto de las escaleras que dan entrada a la casa en la que vivo con mi familia y sacudo un poco mi pantalón cuando escucho el claxon de la motocicleta de Nate. Me acerco y le propino un puñetazo en el hombro.

—Eres un idiota, te mencioné que tenía que ser puntual en mi hora de llegada al Medical Center.

—Tranquila mi lady, sabes que estando conmigo llegarías en un santiamén a todos lados. Deberías comprar un auto si estás cansada de mis servicios, Ali.

—Sabes muy bien la razón por la que no quiero comprar un auto. Ya deja de decir estupideces y vámonos.

Nate se ríe mientras rodeo con mi pierna el asiento de la motocicleta y subo. Nos ponemos en camino hacia nuestro destino y al ver la estructura del hospital algo dentro de mí no puede dejar de imaginar una futura Alison salvando vidas y cumpliendo lo que más he anhelado desde que tengo uso de razón. Al estacionar frente al centro médico, bajo de la moto y volteo para ver a mi amigo.

—Okay Ali, ahora entrarás y le dirás a esa señora que según tú tiene pinta de madrastra malvada, que estás preparada para iniciar tus pasantías, presentarás tus papeles y saldrás de allí con éxito. Sé que lo harás genial porque eres Alison Thompson y a ti nadie te dice no —tras decir eso da un beso en mi frente— Ahora yo estaré aguardando aquí hasta que salgas. Suerte.

Luego esas palabras de aliento voy en busca de quién es la tutora de pasantes. Regina Robinson, una mujer de aproximadamente unos 45 años, es la persona con uno de los peores genios que he llegado a conocer, pero aun así es conocida como una de las doctoras más preparadas en el área oncológica en todo Portland.

Al estar frente a la puerta de su consultorio, respiro profundamente y recuerdo las palabras de Nate: "eres Alison Thompson, a ti nadie te dice no". Ojalá sea válido en el caso de Regina.

Armada de valor, toco la puerta y luego de oír un potente y autoritario "pase" giro la perilla para entrar. Fijo en mi rostro la más sincera y a la vez tímida sonrisa que pude, pues estaba echa un manojo de nervios en ese momento.

—Señorita Thompson, había sido informada de que vendría hoy a hacer la solicitud de las pasantías. Tome asiento —le hago caso a lo que me dice y me siento en la silla frente al escritorio. 

—Si doctora Robinson, muchas gracias por recibirme. En esta carpeta se encuentran todo el papeleo de la solicitud, estaría agradecida si me firmara la planilla. La facultad requiere que todos los pasantes comencemos mañana mismo con la labor y personalmente estoy emocionada de poder empezar.

La doctora toma los papeles, los observa, levanta la mirada y analiza mi rostro. No sé cuánto tiempo le toma hacer esas expresiones, pero para mí fue una eternidad, al cabo de unos segundos alza la comisura derecha de su boca y muestra una sonrisa.

—Veo la pasión en tus ojos. Será un placer que trabajes conmigo, mañana a las 8am comenzamos —dijo para luego empezar a firmar las tres planillas.

—Muchas gracias doctora Robinson. Es un placer para mí hacer mis pasantías aquí. Mañana sin falta comenzaremos —me levanto de la silla estirando mi mano para estrechar la suya y ella corresponde el gesto.

Tras despedirme, salgo del consultorio totalmente emocionada. No pensé que iba a ser tan fácil entablar una conversación con esa señora pues mamá y yo habíamos ido a unas cuantas conferencias que había dado en el centro de la ciudad y muchas personas comentaban que era alguien que encajaba a la perfección con la palabra "amargada".

Salgo de las instalaciones del Medical Center y a lo lejos puedo ver que Nate está charlando plácidamente con una enfermera la cual descaradamente se bajaba el camisón de su uniforme para que se le noten más sus senos. Me acerco hasta ellos y pongo en marcha el plan que rápidamente acabo de crear en mi mente. Solo voy a molestar al estúpido de mi mejor amigo.

—Nate mi amor, ¿qué hace esta descarada mujer tratando de mostrarte sus senos? —digo fingiendo enfado de novia celosa. Al ver la enfermera que su conquista parecía tener novia se acomoda nuevamente el uniforme y después de darme una mala mirada se va.

Zorra —pienso para mis adentros—

—Ali, solo era una amiga que acababa de conocer ¿no puedes dejar que tan solo me divierta un rato? que aburrida eres —protesta— No todas las personas podemos ser igual de aburridas que tú — bromea.

—Ya quisieras tú parecerte a mí —golpeo su frente y él solo ríe— Deberías  abrazarme, no todas las personas pueden conseguir que la doctora Robinson los acepte fácilmente y sonría en plena entrevista —hablo casualmente ocultando mi emoción.

—Te lo dije, sabías que podías hacerlo —indica rodeándome con sus brazos—Solo por esa razón iremos a Dann's por unas malteadas, pero tú pagas. 

—Gracias por ser un gran ejemplo de caballerosidad Nathan, el mundo te lo agradece.

*****

NOTA: Aquí traemos nuestro primer capítulo, gracias por el apoyo. Esperamos que les siga gustando la historia y nos acompañen a descubrir más sobre los retorcidos planes de Dylan. Disfrútenlo! Se les quiere.  

Una razón para no matarte [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora