|| Capítulo XVII ||

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Capítulo dedicado a: @Niky_Pollo y @to_mars. Gracias por leernos :D

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Alison

El sol empieza a fastidiar en mi rostro y cambio de posición en busca de comodidad. Abro un poco los ojos y noto dos cosas completamente extrañas.

1. Esta no es mi habitación.

2. No tengo mi ropa puesta.

Si no me equivoco estoy en el departamento de Mason, porque no recuerdo haber regresado a mi casa.

Me levanto rápido de la cama y lo único que me cubre es una camiseta que me llega por los muslos, la cual (obviamente) no es mía. Desesperada busco rastros de mi ropa interior y suspiro al encontrarla. Ok, no ha pasado nada, todo está perfectamente bien.

Siento que mi cabeza puede explotar en cualquier momento, digamos que no es muy recomendable querer olvidar tus problemas con alcohol.

Tomo mi teléfono de la mesita de noche que hay al lado de la cama y al prenderlo me doy cuenta de que tengo incontables llamadas de mi madre, algunas de mi hermana y una de mi abuela. Por otro lado tengo un mensaje de Nate en el que me confirmó la llegada a su casa. Pienso rápidamente las explicaciones que tendré que dar a mi familia sobre por qué no llegué a dormir a casa.

No encuentro mi ropa en ningún lado, así que no me queda más remedio que salir así. Lo único bueno de mi mañana hasta ahora es que pude encontrar el baño con los vagos recuerdos de cuando le estaban presentando el departamento a Mason. Entro y cierro la puerta suavemente para no despertar a nadie y con nadie, me refiero a Mason. Tal vez siga dormido y pueda irme sin que se dé cuenta.

Encima del mesón del lavamanos encuentro un cepillo de dientes en su empaque. Lo abro y cepillo mis dientes.

"Nota mental, si pienso quedarme en casa de personas debo recordar tener un cepillo de dientes de repuesto" –razono conmigo misma.

Salgo del baño con el mismo cuidado con el que entré, pero para mí desgracia Mason ya había despertado, y no solo eso, también estaba haciendo el desayuno.

Su cabello está desordenado, tiene el torso descubierto y unos pantalones chándal, él está sirviendo un poco de café en dos tazas. Cualquiera que viera la situación creería que hemos tenido sexo.

Me acerco un poco más hasta estar en su campo de visión.

—Buenos días, enfermerita—sonríe.

—No son buenos, son solo días —me siento en una silla.

—Alguien tiene un mal día hoy. ¿Has dormido bien?—pregunta tendiendo una taza de café hacia mí.

—Justo ahora estoy lidiando con un dolor de cabeza, además amanecí preguntándome cómo pude haber caminado hasta esa habitación y cambiarme de ropa en el estado que estaba. Mi teoría es que un duende lo hizo —digo arqueando una ceja.

—Eh...—pasa una mano por su cuello —digamos que te veías muy incómoda durmiendo con tu ropa y me tomé el atrevimiento de cambiarte. Lo siento pero juro que no vi nada.

Río ante lo rápido que salieron sus palabras.

—No estoy reclamando nada, Mason. Solo lamento haber sido una molestia—comento.

—No eres una molestia, Alison.

—Supongo que dormí en tu habitación ¿no?—asiente— ¿Y tú? ¿Dónde dormiste?

—En el sofá. Aún no he acondicionado la habitación de huéspedes. Sinceramente no espero visitas.

—Entonces si fui una molestia.

Una razón para no matarte [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora