|| Capítulo XI ||

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Mason

La mañana siguiente despierto porque a alguien se le ha ocurrido la maravillosa idea de llamarme a las 6:00 am.

Ayer, luego de disfrutar y dejar perfectamente organizada la escena de mi bellísimo crimen, vine a mi casa a ducharme y después visité a papá. Regresé otra vez a casa y descansé de mi largo pero productivo día.

Tomo el celular de la mesa de noche y contesto.

—¿Bueno?

—Recuérdame por favor qué fue lo que tanto te pedí no hicieras — Harry me reclama y eso significa que todo ha salido bien.

—Así que ya es noticia. Que eficientes son en América —digo con sarcasmo.

—Te dejo solo un instante y cometes una atrocidad. ¿No podías contenerte?

—Te recuerdo que no fue un instante, amigo. Incluso te veías muy distraído con tu compañía— bostezo— Hasta se te olvidó que estábamos juntos. Qué poco responsable eres Callen— mi tono hace que él suspire frustrado.

—Ella me siguió para seguir discutiendo y tuve que callarla de esa manera ¿ok?

—Pero qué manera, se notaba que estabas a punto de follarla en frente de todos los invitados.

—Eso no es de lo que estábamos hablando Mason, es en serio. Ahora Alice Thompson tiene una demanda porque la compañía de servicios para eventos ha dicho que el asesino de la chica estaba en la reunión.

—Y eso me afecta en...

—Dios, eres tan estresante —indica frustrado— Cambiando de tema, debes alistarte porque mi hermana se enteró que estás en la cuidad y quiere verte.

—¿La pequeña Harley sigue flechada por mí? No la culpo.

—No creo que siga enamorada de ti, eso solo fue un flechazo de secundaria. Nos vemos en dos horas, no tardes. Sabes cómo se coloca cuando la hacen esperar.

—Vale.

Harley, vaya como olvidarla. Según recuerdo ella era la versión femenina de Harry, ambos tenían mucho parecido. Narices perfiladas, labios acorazonados, pieles extremadamente pálidas acompañadas de pequeñas pecas castañas y cabellos negros, tan negros como una noche fría y solitaria. Lo único que tenían diferente eran sus ojos. Los de Harry son de color azul y los de Harley son de un verde claro bastante peculiar.

Ella es 6 años menor que yo, y recuerdo perfectamente bien que estaba muy enamorada de mí. Siempre que su hermano me invitaba a su casa, ella actuaba de forma diferente conmigo, constantemente me hacía preguntas de mi vida personal y anotaba todas las respuestas en una libreta negra que escondía debajo de su cama. Sí, sabía el escondite de esa libreta porque cuando ella no estaba en su casa revisaba su cuarto y leía todo lo que anotaba de mí.

Nunca le llegué a ponerle ni un dedo encima por dos razones: primero, Harry es mi mejor amigo y no podía hacerle daño y segundo él me amenazaba, siempre decía que si le hacía algo les contaría a mis padres mi secreto y así me mandarían a un psiquiátrico. Quizás una más de las razones es que le tengo aprecio a la pequeña, es agradable ver cómo los dos nos dedicamos a sacar a Harry de sus cabales.

"En la adolescencia fue muy difícil ¿recuerdas? La condenada cada día se ponía más buena y no podíamos hacer nada con ella"

Dylan tiene razón, hubo un momento en el Harley estaba atravesando por la pubertad y ella pasó de ser la tierna hermanita de mi mejor amigo a la hermosa y sexy hermanita de mi mejor amigo.

Una razón para no matarte [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora