|| Capítulo VII ||

106 30 17
                                    

Mason

Luego de comer decidimos caminar un poco por el lugar. Harry no paró de repetirme cuando comíamos que no me acercara a la chica porque era buena y blah, blah, blah.

—Te lo advierto viejo, ni siquiera trates de acercarte a Alison. Relaja por esta vez los deseos de Dylan, porque ella no merece que le quiten la vida.

—Harry, ¿quieres saber lo que opina Dylan de esta conversación? "Basura y más basura, todo lo que dice este tipo es pura mierda" —digo haciendo comillas con los dedos mientras en mi mente Dylan canta esa frase una y otra vez en un tono fastidioso.

—Dylan me ama hermano, acéptalo.

—Digamos que te aprecia, tanto como para no matarte.

»Ajá. Ahora, esa tal Alison, su familia es adinerada ¿cierto? Nada más hay que verla para deducirlo.

—Su madre es una reconocida diseñadora aquí en Estados Unidos, pero aun así es una de las personas más humildes que conozco. Aunque no puedo decir lo mismo de Evelyn, su hermana. Ella es todo lo contrario a Alison. Conozco muy bien a las Thompson y son importantes para mí, por eso debes alejarte de ellas.

—Calma, Alison no es la única chica en Portland. Existen más con quiénes me puedo divertir, además cuento con tu ayuda ¿no?

—Sí. Siempre soy yo quien me encargo de ocultar tu mierda. Vaya, hay cosas que no cambian.

"Así es, hay cosas que no cambian, ni cambiarán"

Siento un poco de cargo de conciencia al escuchar eso de su parte, pero yo no obligué a Harry a hacer nada esto. Le di la opción de denunciarme, solo que él no quiso hacerlo. Dijo que era mi amigo y que me iba a apoyar. En cierto modo, él es la única persona que me ha entendido y apoyado en esta situación.

Seguimos caminando y mi teléfono suena, es mamá. Me ha enviado un mensaje diciendo que papá ha tenido otra recaída. Necesito llegar lo más rápido posible a casa. Ella no puede sola con esta situación.

—Bro, tengo que irme, papá está grave, tuvo otra recaída y mamá me necesita.

—No hay problema hermano. Ya sabes dónde encontrarme por si necesitas algo —se acerca y me abraza fraternalmente — Espero que tu papá mejore.

—Sí, yo también —digo nostálgico mientras retrocediendo para continuar mi camino a casa.

Al llegar a casa me doy cuenta de que la recaída de papá es una de las más graves que ha tenido después de su operación. Se le nota muy cansado, y cada vez que respira profundamente su tos se hace presente. No es una tos normal, empeora a medida que él respira.

Mamá ha estado llorando, lo sé porque sus ojos están más hinchados de lo habitual y su nariz está muy roja.

—Papá —digo mientras el medio reacciona— Oye, todo va a estar bien ¿ok?— Tose y me doy cuenta de que su flema ya no es amarillenta, sino que tiene un color rojizo por la sangre.

—Mamá, debemos ir al hospital —Trato de calmar mi tono alarmado— Papá está muy mal, y dudo que esta recaída se le quite de un día para otro.

"Vaya amigo, el viejo se ve muy mal, ahora sí creo que se nos va a ir al otro mundo"

«De verdad que eres imprudente Dylan»

Luego de esas palabras, Dylan no refutó ninguna respuesta lo cual me pareció un poco decente de su parte. No podía dejar de pensar como sería la vida de mi madre sin Adam, papá ha estado con ella casi toda su vida y su ausencia la destrozaría demasiado. No quiero decir que no espero la recuperación de papá, pero no es un secreto que él está muy consumido por el cáncer. 

Una razón para no matarte [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora