Capítulo 27 No me dejes dudando

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Solo un segundo me podría haber tomado esa decisión, pero no es así de fácil, no cuando pensabas que él era la persona adecuada, cuando creías que el podía completar tus días a la perfección, hacerte reír, llorar de alegría, disfrutar tus locuras, hablar de cosas bizarras y mostrarte lo que hay afuera en el mundo.

Esa pieza me representaba en su totalidad y lo que quería llegar a lograr en mi trabajo y en la industria, era la primer prenda que mostraba a alguien más que no fuera mi familia o amigos y explicar lo maravilloso que fue que a la profesora le gustara no tiene comparación. Terminada la presentación, las clases de hoy habían finalizado, tomo mis cosas y los libros que necesito para estudiar esta noche, salgo a los jardines del instituto y me dirijo hacia la persona que me espera recargada sobre la puerta de su auto.

-— ¿Y entonces, nos fue bien?— pregunta mientras que con sus brazos me envuelve en un abrazo, puedo oler su aroma y pienso en que bien podríamos quedarnos así

—Bastante bien— respondo sonriendo luego de alejarme un poco— le encanto, me felicito y dijo que tengo madera para estar en esto ¿puedes creerlo?

—Por supuesto que la tienes y lo creo

— En parte esto también es gracias a ti, me ayudaste, me hiciste compañía, soportaste mi crisis creativa y me llevaste de comer

— No tienes nada que agradecer, solo fui un buen asistente- me guiña un ojo

—Fuiste más que eso en verdad. Gracias

—Bueno, ahora que todo va bien, ¿te parece si vamos a comer?

—Muero de hambre— digo haciendo un mohín

Decidimos ir por comida china, el lugar se encontraba entre la zona y según Dante era de los mejores lugares, además que el chef era amigo de él, me conto que se conocieron una vez que él y mi primo llegaron al lugar pero había un tipo ebrio que quería causar problemas dentro molestando a las personas, él y Evan lo sacaron a la fuerza y desde ahí el chef se los agradece cada vez que los ve. También durante este tiempo le pregunte sobre su auto, era un clásico, me hablo acerca de que era un regalo de su padre pero que no se encontraba como ahora, el mismo le hizo algunos arreglos y trabajo para poder mejorarlo un poco. El me interrogo sobre mi familia, como era mi relación con ellos, con mis amigos y en si como era yo, que me relajaba, que me hacía feliz y además escucho muy atento todo lo que le platicaba sobre mi trabajo en la librería.

— A mi hermana y a mi madre les agradarías— enuncio con una risa

—No lo creo, pensaran que estoy loca— contesto riéndome

— Para nada, a mamá le vuelan la cabeza todas esas cosas de organizar y Emily se la pasa entre libros de novelas románticas

— Creo que todos buscamos una historia realmente buena-— murmuro mientras veo a las personas caminar sobre la calle

— Siempre me sorprendes— dice y siento su tacto sobre el dorso de mi mano por lo cual dirijo la mirada hacia el— me arriesgaría por ser la tuya

Últimamente los días cuando estoy con Dante se han convertido en unos favoritos, en ocasiones voy al departamento y vemos películas o cocinamos, otras distintas hacemos tarea juntos en la terraza del café cerca de la plaza, y otras tantas salimos simplemente a caminar. No es complicado pero vaya que lo he hecho pegar rabietas unas cuantas veces. Dicen que hay que dejar que fluya.

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Me aceptaron en una de las tiendas del centro comercial, llevo ya dos semanas y he conocido a personas realmente amigables, he podido hacer amigos sin problemas, supongo que ya no se me dificulta tanto entablar una conversación con alguien y desde el primer día los chicos y chicas han sido la amabilidad hecha persona. Veo mi reloj y noto que aún me da tiempo de prepararme un snack antes de irme, vierto el yogurt con la granola lo hago con cuidado de no derramarlo y omito en mi cabeza el sonido de los toques en la puerta, hasta que los escucho de nuevo

¿Qué Nos Queda?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora