Capítulo 25 Peonías

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Cada uno de nosotros necesitamos creer en algo o en alguien y no hablo en específico de religión, hablo de creer en lo que nos llene el alma, que llene los espacios en blanco, algo que nos de esperanza. Porque si no es así, ¿Entonces a dónde nos dirigimos?¿Que será nuestra brújula apuntando el norte? un quinqué que pueda alumbrarnos. Si, necesitamos creer y sobre todo creer en nosotros, en lo que queremos, es maravilloso vivir el momento, esperar el ocaso pero también es prometedor imaginarnos un futuro.


Un día

Suelto el lápiz sobre la mesa, miro el reloj sobre la pared que marca cinco minutos antes que la señorita mediadora de por terminado el tiempo. Mis manos sudan, así que las limpio sobre mi pantalón y prosigo a dar una última vista a las hojas frente a mí.

-Chicos y chicas el tiempo ha finalizado, por favor no se muevan de su lugar, yo pasaré a recoger sus exámenes- Todos respondemos con un está bien y la señorita se pone de pie para avanzar hacia cada una de nuestras butacas.

-Les deseo suerte y éxito y espero poder verlos a inicio de semestre- comentó con voz amable, le dimos las gracias y salimos del aula

Me detengo justo en una de las bancas colocadas sobre los pasillos de concreto que te dirigen hacia otros edificios dentro de la universidad, coloco mi bolsa sobre ella y trato de relajar mis hombros y cuello, pero Amber me interrumpe

-Aquí estás, no te vi al salir, supuse que estarías en este lugar, es muy guay

-Sí, la verdad terminando el examen salí para acá, tengo algo tenso el cuello

-También yo, esta semana en especial ha sido en extremo estresante. Lo bueno es que ya salimos de esto, bien o mal solo queda esperar resultados

-Espero pasar mucho tiempo aquí, así que más nos vale ser aceptadas, me encanta este lugar

-Totalmente de acuerdo- dijo y después tomo mi bolsa y pasó su brazo entre el mío para obligarme a caminar- cuando entreguen las cartas, necesitamos salir a celebrar

-Ojala y si

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-El desayuno está listo, ya bajen- gritó mamá desde el piso de abajo

Últimamente como eran días de vacaciones mis hermanos y yo solíamos estar despertando tarde, uno de los muchos pros de estar de vacaciones es el poder dormir. La graduación de preparatoria había sido todo una joyita, con entrega de papeles, y una cena bastante linda, todos lloramos, mis amigos, mi familia, hasta mis profesores. Dejando eso de un lado tenía demasiada hambre, así que baje a la cocina de donde mamá nos llamaba, en la barra ya estaban Kate y Alex, los salude, tome una rebanada de pan tostado y me senté sobre el taburete

- He salido por el periódico y hay muchos sobres en el buzón pero creo que este puede interesarte Kloe- informó papá, vi el sobre y el remitente anunciaba FDU ACADM, no miento cuando digo que pase el bocado de pan tostado sin masticar, provocando tener que toser, Kate me paso el jugo de naranja.

Tome un segundo para calmarme y lo abrí, comencé a leer cada línea, respire y vi a mi familia- Lo siento familia...- el rostro de mi madre entristeció un poco

-Hija no te preocupes, puedes intentarlo el próximo semestre- casi río ahí mismo

- No mamá, lo siento porque ya no viviré con ustedes. Me aceptaron, Dios, me aceptaron- el semblante de todos en automático cambio y pasó a ser de alegría. Todos me felicitaron y me abrazaron, no podría describir lo que estaba sintiendo en ese momento, era difícil entrar a esa universidad pero lo había conseguido

¿Qué Nos Queda?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora