Capítulo 11 Eres mi calma

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- Si, quería hablar contigo por todo esto

- No te preocupes bonita, entiendo, nadie elije de quien enamorarse...

- No intensionalmente- lo interrumpí terminando la frase por el, los dos sonreimos

- Bueno, creo que ya no terminaremos de comer juntos- me dijo mientras con sus brazos envolvia mi cuerpo, le correspondí el abrazo, era un chico genial

- Eres un chico increíble

- Lo sé, soy irresistible- seguiamos riendo, no quería que por está situación nuestra amistad cambiara, quería seguir hablando con el pero tambien era decisión de él

- ¿Crees, que podríamos seguir siendo amigos?

- Sere lo que necesites

- Gracias

- Bueno, ahora tengo que buscar a kylan

- Dile que te trate bien, porque si no lo hace tendra problemas conmigo- siempre tenia una sonrisa demasiado tranquila

- Le hare llegar el dato- me abrazo por ultima vez y se alejo

Tome mi bandeja, colgue mi mochila sobre mis hombros y busque con la mirada al chico de ojos cafes y cabello despeinado que estaba desordenando mi mundo. No tarde en encontrarlo, llegue a su mesa, volteo a verme y no espero a que me sentara, me presento con sus amigos y conoci un poco de cada uno.

El pelirrojo con hermosas pecas adornando sus mejillas y su nariz era Jonh, le gustaba tocar la guitarra, jugar al futból y lo suyo era hacer bromas sobre cualquier tema, me di cuenta porque en todo el almuerzo nos hizo reir hasta que el estomago comenzó a dolerme. A su lado Marco con su cabello negro un tanto largo y el más lacio que había visto hasta entonces, sus brazos adornados por demasiados tatuajes, a mi parecer todos muy hermosos, se veían perfectamente detallados en tonos negros, algunos más oscuros como la noche y otros desvanecidos como el reflejo de la luna sobre el agua, eran diseños diferentes pero que parecian estar totalmente conectados, él era amante del rock y la adrenalina. Y por último Edgar, cabello castaño con muchos chinos alborotados como serpentinas de cumpleaños, eran muy hermosos, pero parecia que el pasaba gran tiempo peleando con ellos, resultaba muy gracioso, le encantaba leer y las actividades al aire libre. Podian llegar a ser un tanto diferentes entre si, por sus razgos físicos, las actividades que les gustaban realizar y la manera de interactuar con las personas.

Cuando todo se acabo con Kylan aparte de extrañarlo con todo mi ser, aunque me cueste admitirlo tambien extrañaba mi rutina con él, desde salir a lugares tranquilos, primeras veces, su convivencia con mis amigos y la mia con los suyos, aquellas tardes que pasabamos en los jardines de la escuela donde Jonh nos decia chistes y me molestaba con el tonto apodo con el que me había nombrado, Marco tratandome de convencer para que me hiciera un tatuaje y Edgar con el cual hice más amistad debido a que a los dos nos encantaba leer, platicabamos sobre libros nuevos y los que habíamos terminado. No solo termino jodida nuestra relación sino tambien parte de nuestra vida.

- Eres muy pequeña y dulce, igual al algodón de azucar, así te dire de ahora en adelante- me dijo Jonh mientras comia su hamburguesa, no entendía a que iba todo eso, lo acababa de conocer y él asumia que eramos amigos de toda la vida

- No soy tan dulce- conteste riendome lo cual lo unico que hacía era ponerme las mejillas de un tono carmesi

- No la molestes, esta chica es capaz de golpearte con su puño- intervino kylan burlandose de la situación y golpeando el hombro de jonh en forma de broma

- Vaya entonces es una chica ruda

- Lo soy, deberías cuidarte- le dije no parando de reir

- Esta bien algodón de azucar por hoy te dejare de molestar

¿Qué Nos Queda?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora