11.

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Querida Perséfone.

Noches de oscuridad y noches de amor, juntadas con el fin de llenarse para fortalecer las fuerzas que faltaban para llegar a la luz, estoy recorriendo un laberinto de emociones, uno en el que tú me dejas estancado mientras disfrutas de la libertad que te ofrece el mundo a tu alrededor, yo estoy muriendo por tenerte aquí. Quizás he perdido la cabeza de tanto pensarte, de tanto soñarte, quizás soy un maniático que después de tantas cartas sin respuesta, sigo esperando a tu merced. ¿Por qué no vienes?, acaso es muy difícil pedirle al sol y a la luna que vengas por mi?

Lamento decirlo, no soy el señor de las tinieblas, mis encantos desaparecieron como una tarde de Abril, no me permitieron entrar a tus rincones para observarte y amarte. No portare lo que cualquier pretendiente puede ofrecerte, solo un hombre vacío, un hombre abandonado, cuyo corazón cayó en la tristeza inmediata, al saber que no estarías para recoger sus pedazos antes del anochecer. Suele ser así de deprimente el que no estés conmigo, agobia mi mundo y asfixia mi corazón con la idea de buscarte, la idea de encontrarte y amarte como prometí hace millones de años.

Renacido en un mortal que su único defecto es el no saber de tu existencia, está vez, te lo prometo, no voy a presionarte, no te atare a mi infierno maldito, no te obligaré a quedarte conmigo si por tu voluntad no esta decidido, lo único que quiero es que estés aquí, poder decirte otra vez que te amaría incluso sin un mundo al cual habitar, sé que voy a encontrarte cariño, sé que volverás a mi y muy cerca volveremos a estar, solo quiero pedirte que está vez, huyas conmigo, porque lo único que yo quiero en este mundo es casarme contigo.

Con amor, solo un fiel corazón.-

Ella es el cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora