Capítulo 19

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El gif es un poco malvado peeeero también es la dura verdad JAJAJA

Por cierto, sigo viva je,je... perdón por tardar tanto en actualizar *sonrisa de angelito*

Bueno ya aprovecho y os digo (porque vi que había bastantes dudas al respecto) que sí habrá capítulos de lo que sucedió tras el final de Después de diciembre, de hecho ahora habrá unos cuantos saltos temporales en los capítulos para llegar a ello.

Pero bueno, a lo que os interesa... a leer :D


Bueno... nunca creí que diría esto, pero anoche había tenido que rescatar a Jen de la policía.

Sí. Lo habéis leído bien.

Lo último que me esperaba cuando fui a buscarla fue encontrármela lanzando cosas a un maldito coche patrulla... CON EL MALDITO POLICÍA DENTRO DE ÉL.

¿No podía esperarse, al menos, a que se fuera?

Ahora, por la mañana, seguía tranquilamente dormida a mi lado, con la mejilla aplastada contra la almohada, la boca entreabierta y el pelo desparramado por todas partes. Murmuró algo en sueños y sonreí un poco, divertido.

Sin embargo, me giré hacia la puerta cuando escuché voces ahogadas al otro lado. Parecían Will y Naya. Y sonaban como si estuvieran discutiendo. Oh, oh.

Me aparté con cuidado de Jen, que se había abrazado a mí de brazos y piernas en sueños, y ella se quedó aferrada a mi almohada cuando salí al pasillo con el ceño un poco fruncido.

Efectivamente, esos dos estaban discutiendo mientras Mike y Sue los miraban como si de un partido de tenis se tratara.

—¡No me entiendes! —le espetó Naya, dejando bruscamente un plato en la encimera.

Will cerró un momento los ojos, invocando paciencia.

—Te entiendo perfectamente, Naya —dijo al final con voz calmada.

—¡No, no lo haces! ¡Estoy... aterrada con esto!

—Bueno, y yo también —Will le frunció el ceño—. No eres la única que va a tener que hacerse cargo de ese bebé, ¿sabes?

—Pues a veces lo parece.

—¿Y qué quieres que haga? ¿Entrar en pánico todo el rato?

—¡No hablarme como si el hecho de que esté asustada fuera una tontería!

—Naya, yo no he hecho eso.

—Sí, sí lo has hecho. Y actúas tan... no lo sé...

—Alguno de los dos debería mantener la calma, ¿no crees?

Uuuuh, Willy Wonka estaba cabreado.

Naya y él se mataron con la mirada y yo me acerqué al taburete vacío, algo incómodo.

—Buenos días —les dije, intentando cortar el tenso silencio.

—Serán para ti —bromeó Mike.

Miré a Will. Él preparaba su desayuno con el ceño fruncido, irritado. Naya hacía lo mismo en el extremo opuesto de la cocina.

En realidad, los había visto discutiendo cientos de veces. Y con mucha más intensidad. Naya era una de las pocas personas que conocía capaces de alterar a Will con tanta facilidad.

Incluso una vez habían terminado lanzándose la cena el uno al otro mientras yo los miraba fijamente, comiendo mi platito intacto.

La cosa es que ellos se peleaban y a los cinco minutos volvían a estar apretujados el uno con el otro como si nada hubiera pasado.

Tres mesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora