Tus elecciones, mi pesar, su alegría.

2.7K 187 3
                                    

El sol estaba próximo a salir, Helios tenia fama de verlo todo y nada callar. Los dioses yacían sobre una cama, rodeados por un sin fin de flores y mariposas,  tapados solo con una suave sábana, desnudos. Hades miraba a quien sería la dueña de sus pensamientos y ella dibujaba pequeños círculos en el pecho de el.
-Me aría el mas feliz sobre este basto planeta, el poder quedarme a tu lado por siempre, pero te meteré en problemas si me ven acá, y por mas que quiera comprometerte y llevarte junto a mi, me temo que tienes tu que tomar la sedición. Te esperaré mi amada Persefone.
- Te han dicho que es de mala educacion hacer esperar a un dios?- respondió la joven en un tono que no pudo descifrar.
- No te entiendo- responde.
- Te elijo. Vámonos antes de que el sol salga.
Sorprendido, Hades toma la mano de ella, le besa tiernamente los nudillos y jutos atraviesan un portal que los conduciría a lo que sería su nuevo hogar. Mientras tanto en algún lugar de la casa esa mañana...
- Dafne, quiero que subas a la habitación de kore y le informes que está listo el desayuno, me preocupa que debido a nuestra discusión no pudiera dormir bien.
- Mi señora, ya subieron a despertar a la señorita Kore, pero me temo que no se encuentra en casa.
- cómo dices? Qué no se encuentra "en casa"? Explicate
- ella no esta por ninguna parte, seguro salió a brotar algunas rosas, sabe que eso la anima.
-no lo se Dafne, tengo un mal presentimiento. Además, tenemos una reunión en el Olimpo con Zeus y los demas Olímpicos. Preferiría que fueras con las demás a buscarla.
- si, mi señora.
Un frío inusual reinaba en la casa, Deméter sintió un vacío en su pecho que le decía que su pequeña estaba lejos de ella. Sintió terror. Subió corriendo las escaleras hasta llegar a la habitación de su hija, una enredadera cubría toda la habitacion, las ventanas abiertas de par en par y flores blancas por el piso. Un denso aroma a incienso, no le era desconocido, para nada.
- Hades. 
Pasaron las horas y las ninfas regresaron, Kore no estaba. Ella sabía que no tenía permitido salir sola. Estaría en serios problemas.
- Si no estas presente para decirle a tu padre que viviras en el olimpo como virgen eterna- dijo, mas bien hacia la nada- entonces podré eliegir a alguien tolerable para casarlo contigo.

Hades y PersefoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora