Hades y Persefone

Presentaciones y rompimientos II

Hades

Quién habrá llegado? No suelo recibir visitas y no creo que Hécate ya terminara la investigación de las almas en aumento. Aunque de ser eso y saber el motivo me traería algo de tranqilidad, a pesar de que por más que quiera no puedo intervenir.  Esperando no encontrar a otro intruso dios con una estúpida fruta en su mano , abrí las puertas de la sala de estar.
Una alta y delicada figura con una mirada salvaje y brillantes ojos violeta, ataviada en ropas mortales me regaló una sonrisa.
-solo fueron un par de días, pero creo que podría extrañar este lugar.- dice Hécate, mientras se sacaba una dorada corona de hojas de su negra cabellera.
- y yo creo que podría llegar a extrañar el caos que dejas- agregué en tono burlón
-  traigo dos  noticias del reino mortal, mi Rey.- su semblante se tornó en seriedad de un momento a otro mientras un sudor frío comenzó a bajar por mi espalda.
-ho! Por todos los dioses, mujer. No me dirás que comenzaras con "es una buena y otra mala"- me acerqué a la chimenea para encontrar a mi gran chico disfrutando de su calor.
-en ese caso, ya que has hecho la introducción, es una buena y una mala.
Tengo un mal presentimiento
-sueltalo ya, el de las torturas soy yo. A parte, qué tan malo puede ser?
-bueno, la buena es que descubrí el motivo del aumento de las almas, todo apunta a que es debido a la pena de Demeter, si ubicas? Tu hermana! Resulta que secuestraron a su hija, la pequeña Kore, y ella a rondado toda la tierra en su busqueda, dicen que su pena es tal que hace que la gente que vive en aldeas cercanas a su templo mueran,  que los cultivos se secan y que llegaron plagas. Hades, se que no nos corresponde pero tenemos que ayudarla.- genuina preocupacion reflejaba el rostro de su amiga y compañera, pero es imposible que ese fuera el motivo. Perséfone aún no venía al inframundo para ese entonces, cuando los muertos aumentaron ella se encontraba con su madre. Se lo tenía que decir.
- Hécate, te tengo que contar algo- si alguien supiera el mundo que me costo pronunciar esas palabras...
-Pero me falta la mala!- mierda, esa no era la mala?
- Hécate, estoy tan jodido... Solo escucha- tomé un profundo suspiro- en uno de mis viajes al reino mortal conocí a una hermosa doncella, una hermosa y joven diosa cuya madre la custodiaba celosa.
La cara de mi amiga se transformó en una pared carente de emoción.
- Hades, por Gaia... Dime que no...- puso su mano en su frente, como calmando un naciente dolor en ella.
- Comenzamos a ser amigos, le dije que podía contar conmigo cuando lo solicite. Ella me llamó, me invocó. Solo miedo encontré en la cara llena de luz y vida que me enamoró.- tomé asiento junto al fuego- Su madre la quería casar con un  desconocido manipulable y si ella se negaba, la uniría al club de seguidoras vírgenes de Hestia. La ayudé a escapar.
-Me estas diciendo que la hija perdida de Deméter está en esta casa - hace círculos con su dedo en direccion al suelo.
- Si. Ella está acá.  Nos volvimos muy cercanos. Yo... Yo me enamoré
- Te enamoraste... Ya veo. - una voz plana me respondía
- y lo mas increíble es que es correspondido- añadí - hay alguien que me puede desear, alguien que me puede ver con el mismo amor con el que la veo y que no tiene miedo de quién soy o lo que hago.
- Sabes que estás muy jodido en este momento?
- Lo sé! - cómo no hacerlo? - sé que tengo que hablar con mi hermana por lo de Perséfone, sé que...- interrumpido antes de finalizar.
-Perséfone? Estas de broma, dime que ese no es su nombre- escupió a modo de pregunta
- Qué pasa? No comprendo, por la cara que pones me hace pensar que tienes algo más para decirme.- ella adoptó una posicion firme y cruzó sus brazos. 
- Lo único que tienes que saber, galán, es que una sexy ninfa de río te estaba esperando desde antes que yo llegara. - una rara energía rondaba en el ambiente, como no lo sentí antes?
- Qué demonios...
-Digamos que la sexy ninfa a tenido el tiempo suficiente de hacerse amiga de tu invitada, solo tu sabes que bienvenida te espera.
Por qué demonios hechicé la casa para evitar las tamizaciones?  Estoy muy, muy jodido.
  Al entrar a la habitación un nudo en mi garganta se formó al ver la luz del baño. Cuya puerta estaba abierta por completo. Una nube de vapor y un caluroso aroma llenaba la habitación.
- Diablos... Perséfone?!

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