sangre fría

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Pov Karma

- ¡Qué no puedes!- grite fuertemente.

- ¡Necesitaban ayuda! ¡Qué querías que hiciera!¡Que viera simplemente como lo matan esos hombres lobos! - Contrataco Nagisa.

- ¡Si! ¡Y si no te gustaba esa idea llamarme! ¡Puedes hacerlo! ¡Pero no, mejor arriesgar tu vida!- La discusión se hacía más y más fuerte y me enojada cada vez que me gritaba, que mierda le dio, normalmente es muy sumiso pero especialmente hoy esta rebelde.

- ¡No se me ocurio!¡lo siento! - Nagisa se detuvo y se sento en el sofa, tiene heridas estoy seguro, puedo olerlas.

- Ohhh claro, con el "lo siento" acabo, no Nagisa maldita sea- Me vire para coger entre mis manos un jaron y tirarlo al suelo de la rabia.

El corazón de Nagisa empezó a latir con más fuerza y note que ya "le había hecho entender" cuando está discusión la hemos tenido ciento de veces.

- Calmate- Hablo suavemente.

- ¡No Nagisa! ¡No puedo calmarme cuando TU arriesgas tu vida así por asi, AÚN sabiendo la cantidad de personas que te quieren muerto sólo por ser mi pareja!- En cierto modo ya no tenía sentido discutir, como el no me respondió me permitió calmarme poco a poco.

Nagisa miraba el suelo, se dio cuenta del error pero lo que me llena de rabia es saber que lo volverá a hacer.

- Desnudate- Más relajado me puse al frente de él ordenandole.

- ¿¡Q-que!?- Se puso rojo de la vergüenza mientras se abrazaba a si mismo- E-estas mo-olesto si l-lo hace-emos me dañaras- Sus ojos demostraban algo de miedo mientras se aferraba más a él mismo.

En otra situación me habria reido, hasta burlado pero el enojo y la cabeza caliente que aún llevaba no me dejaba.

- No vamos a hacerlo- Él se alivio con la respuesta pero también había un deje de decepción, a veces no lo entiendo- Pero estas herido

- Y-yo- Comenzó a hablar.

- No digas que no- Mi molestia aumento- Puedo oler tus malditas heridas así que dejame curarte de una vez por todas.

Nunca le hablaria así y creo que menos él me dejaría, pero solo bajo la cabeza un poco, sabe que estoy molesto y no quiere empeorarme, aunque me pone algo triste que me tenga miedo.

- No son grandes heridas pued- Lo interrumpi bruscamente.

- Dejame curarte- Ahora había un ligue de molestia y suplica.

Mi peliazul se quito la camisa dejando su bello torso al descubierto. Me permiti mirarlo para concentrarme y olvidar lo anterior sucedido. Pase delicadamente mis dedos por las heridas de mi amado. A veces lo escuchaba suspirar, otras se quejaba de dolor y una vez hasta gimio.

Al terminar con el torso y la espalda lo mire esperando - Quitate el pantalon ¿no?

- No tengo heridas ahí - Estaba rojo y no sabia decir si su latido rapido del corazón era por el nerviosismo o una mentira.

- Nagi- Hable suavemente- no tengas vergüenza conmigo, ya te vi desnudo ¿recuerdas? - Mi gran sonrisa burlona volvio, obviamente no estaba completamente bien pero hacia el esfuerzo.

Aunque viendo algo, nosotros dos solo hemos tenido pocas secciones de sexo, nunca quise lastimarlo o herirlo, es algo que me ateraba. Fueron tres veces con juegos sexuales y solo una de sexo.

- Aún así es vergonzoso - Me encantaba ese sonrojo en sus mejillas, me incitaba a morderlo como si fueran una bolsa de deliciosa sangre.

Poco a poco se quito la parte de abajo dejando ver las piernas que me encantaban, no tenia tantas heridas pero si había una que otra que no me ariesgaria a dejarla ahí, quiero que este perfectamente bien.

Al terminar estaba en ropa interior con las piernas abiertas sobre el sofá aborchornado y mirándome fijamente con esos grandes zafiros demostrando deseo. Inmediatamente desvie la vista antes de ir a comermelo por completo.

Me levanté y le di la espalda, ese simple humano lograba ponerme de pies a cabeza con solo una mirada. Mi pareja estaba más nerviosa y puedo decir que hasta más decepcionada de lo usual.

Al poco tiempo me vire para verlo, ya estaba completamente vestido con su pantalón y polera. Llevaba el cabello suelto por alguna que otra razón desconocida para mi, pero la verdad no me quejaba me gustaba verlo de esa manera.

Me senté a su lado en el sofa, puse una mano en su cadera y la otra en la mano guiandolo para que se sentara sobre mis piernas. Con algo de torpeza Nagisa logro cometer lo que tenía planeado.

Lo abracé por la sintura y puse mi nariz en su cuello oliendo su tentosa sangre obteniendo un pequeño brinco.

- ¿Estás muy mal? Es que luchar contra esos hombres lobo me cansó, fue toda una manada ¿sabes? - Le hable dulcemente mientras pasaba mi lengua por toda la estencion del cuello.

- Estoy bien... sabes que puedes- Me respondio entre suspiros.

- No quiero cansarte más o hacer que te enfermes- Le hable mirando sus grandes ojos.

- Tranquilo, no perdí sangre en la batalla, al menos no mucha, así que puedes tomar... solo no te excedas mucho ¿ok?- Respondió acariciando dulcemente mi mejilla izquierda.

- No te preocupes, ya se controlarme, al menos mucho mejor que antes - Le hable sacando mis colmillos y rozandolo contra su cuello.

Busuque la marca de mordidas anteriores, siempre se la hago en el mismo lugar o mayormente. Clave mis colmillos suavemente escuchando un leve quejido de dolor, y tome poco a poco.

Podría hacerlo rápido pero me encantaba tomarme mi tiempo saboreando tal delicia, la sangre de Nagisa es la más deliciosa que he probado hasta ahora y creo que será así siempre.

Esta sangre fue mi perdición, su dulce olor lo pude apreciar una vez en las grandes calles de Japón, a pesar del tumulto de gente él resaltaba.

Me aserque poco a poco, queria ser su amigo, compañero hasta pensé en enamorarlo para tenerlo en la palma de mi mano. Quería esa sangre, la anhelada. Por alguna extraña razón enemigos míos empezaron a perseguir a mi amado a toda hora y como era mi comida siempre la salvaba, o al menos así pensaba.

La primera vez que probé su sangre me llevo al mismo cielo, fue lo mejor y aún lo continúa siendo, quería matarlo o guardarlo para comerlo poco a poco. No funcionó por sentimientos que yo desconocía que podía tener, digo ¿Un vampiro enamorado de un humano? Pues a mi me pasó y el mismo día que probé su sangre sin ninguno quererlo se formo un pacto.

Él no puede vivir sin mi, se pondra triste, en depresión y poco a poco se ira matando y yo no puedo vivir sin su sangre, debo tomar sangre humana al menos una vez al mes pero el detalle es que solo puedo tomar la sangre de Nagisa ¿Una locura? Ni se diga.

Termine de tomar y me separe para verlo, parecía cansado.

- Vamos, te prepararé algo de comer- Hable levantándome del asiento cargado como un bebé a Nagi.

El no dijo nada solo asintió en mi pecho. Le prepare una simple comida que la devoró algo rápido para luego de darse un baño y dormirse.

Como siempre me quedaba a su lado apreciando su rostro, casi todas las noches lo veía dormir cuidando su sueño y hoy no seria la excepción.

Le di un leve beso en los labios- Te amo

Historias Juntos [Karmagisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora