Historias Juntos [Karmagisa]

HAPPY SUGAR LIFE

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Pov Normal

Karma suspiro fuertemente al frente de la puerta de su casa, esperaba que todo saliera como planeaba y resolver el problema con la persona atrás suyo ese mismo día y si se podía lo más pronto posible, persona que de hecho era su profesora.

Okuda Manami profesora de ciencias en la preparatoria de Karma, profesora enamorada de su alumno, ella no lo veía mal, al contrario lo veía exitante. Acoso a su alumno un tiempo y nunca faltaron las indirectas y acercamientos innecesarios en un intentó de seducirlo y ¡al fin! ese chico la invita a su casa.

No habían ni abierto la puerta y movía sus piernas discretamente para que la húmedad de su parte íntima no fuera tan incómodo.

-- Entre -- Miro a su profesora lo más seductor que pudo.

Ella sonrió coqueta y pasó, la casa era algo grande y estaba sola, cosa normal, ella ya sabía que los padres de Akabane se pasaban en constantes viajes.

-- Vayamos a una habitación -- Dijo seductoramente Okuda tomando la mano de su alumno favorito.

Este sonrió divertido, su profesora a veces se notaba nerviosa y inocente pero verla ahora tan desesperada le era hasta divertido.

Llegaron a una habitación cerrada con llave, escogida por Karma, al pasar la llave por la cerradura y girarla decidió tomar por la cintura a la mujer y atacar cuello con besos y mordidas, no quería besarla directamente, de esa manera lo veía mejor.

Pasaron a al cuarto, sabía que Manami tenía lo ojos pero pronto eso acabaría y se encontraría con una desagradable sorpresa, en

Uno

Dos

Tres

-- ¡Ahh! -- gritó con algo de susto alejando a Karma de un empujón.

En esa habitación se hayaba una gran mancha de rojo, por el olor que antes no sentía se daba cuenta que era sangre seca, algo asustada se dirigió para ver si de verdad era sangre o solo una broma de mal gusto por su alumno el cual es bastante bromista.

Karma aprovechó esto y cerro la puerta con llave, al fin se iría esa molesta mujer que solo le dio dolores de cabeza.

-- Karma-kun... Aquí que... -- Intentó formar una pregunta asutada.

-- Es muy molesta ¿sabé? Queriendo venir a mi casa, dejarme más tiempo en la escuela por gusto, ponerme malas notas para verla fuera de clases -- Empezó a enumerar todas las cosas que le hizo esa profesora mientras se movía por la habitación completamente vacía excepto por un escaparate -- Pero aguanté, todo debe ser bien planeado, no iba a dejar que una estúpida mujer jodiera todo lo que planeaba, no no no créame que no, pero tuve que optener pasciencia hasta de donde no tengo.

Camino al frente del único objeto en ese cuarto y lo abrió dejando observar un montón de armas de tortura y para matar que la adulta no tenía ni idea de donde lo sacó, aunque eso era lo último que le importaba.

¡¿Dónde carajos se metió?! ¡Ese chico está loco!, soltó un gritillo ahogado pegandose a la pared de sangre seca, ahora mismo no le presentaría atención a eso.

-- Karma... Deja de jugar, a ti te gustaba todo eso... Tú -- Intentaba razonar Okuda, no quería molestarle ahora mismo, tal vez solo era bipolar o algo así y con las palabras correctas regresaría a la normalidad.

Pero él no era bipolar, él era un psicótico, un obsesionado y loco por amor.

Un amor prohibido, pero un amor que le regreso la vida.