Capitulo XXVIII

16.3K 1.3K 325
                                    

Me saco los anteojos, mientras el auto se acerca al edificio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me saco los anteojos, mientras el auto se acerca al edificio.

Suspiro.

— Lindo edificio.— Lo miro unos segundos

— Su penthouse es el más grande, hasta donde yo recuerdo.— El auto se detiene— Pero si llevas mas de una hora en el, parece una caja.

Se detiene, continuo mirando el edificio, hasta que veo a Jacob acercarse a la puerta. La abre, para luego tender su mano.

La tomo y salgo, cierro la puerta.

— Tengo que admitir.— Lo miro, mientras comenzamos a caminar — Crei que estarias más nerviosa.— Sonrio levemente

— Por favor, ¿cuando me viste nerviosa?— Sonrie

— Vamos a un lugar privado y te muestro.— Golpeo su pecho, rie levemente

Cruzamos la puerta, suspiro.

— Oh por Dios, señorita Mars.— Observo de reojo al guardia

— ¿Como estas, Gary?— Nos giramos hacia el ascensor— ¿Tu esposa sigue con ese libro? — Nos adentramos, lo miro

— Bien, pero señorita...

— Me alegro, hasta luego.— Sonrio, mientras aprieto el boton

El ascensor se cierra, bufo.

— Todas las miradas estaban en ti.— Lo miro— Parece que no te han olvidado.— Junto mis cejas

— Nadie lo hace. — Miro hacia adelante— Menos los de aqui.

Las puertas se abren, dejandonos en el penthouse.

— Bien. Mi madre parecera amable, pero no lo es. Ignora los comentarios sobre tu peinado y tu ropa.— Lo miro de reojo— Y tus zapatos. Tambien sus comentarios indirectos para sacarte información.

— Vaya, por un momento crei que te estabas describiendo. — Lo miro mal

— Y la ultima palabra que usaras.— Nos adentramos — Sera novio.— Frunce el ceño

Vuelvo a caminar, suspiro y miro hacia todos lados. Cambió las cortinas, al igual que las alfombras. Crei que habria más cambios.

— ¿Señorita Eva?— Giro mi cabeza, parpadeo

— Rosa.— Sonrio

— Señorita Eva, esta aqui.— Se acerca a pasos rapidos, para luego rodearme

Palmeo levemente su espalda, se separa.

— Que gran gusto es verla.— Acaricia mi mejilla— ¿Porqué volvió?, ¿sucedió algo?

— Si.— Me separo, vuelvo a caminar — ¿Donde esta mi madre?—Miro hacia las escaleras

— La señora Constace esta en una reunión.— La miro — Volverá más tarde.

La Actriz del MagnateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora