Evangeline Mars tenia lo que queria, actriz exitosa, futuro asegurado. Su especialidad, controlaba a que y a quienes queria, colocándose ella primero en cualquier situación.
Su vida se detiene cuando aparentemente se encuentra secuestrada, por un h...
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Pasa por mi lado, rozando mi hombro. Continuo mirando a Jacob, con ambas mujeres en sus piernas.
Su nivel de ordinario no tiene limites. Si hay algo que me da lastima, es que me ataquen con mis mismas armas.
Pero si hay algo que me molesta, es que me hayan dado en el blanco.
Levanto mi mandibula y me giro. Suspiro, mientras cierro la puerta.
Probablemente sabia que tres horas juntas no seria buena idea. Me hace ver como una niña que compite con otra. Y encima, infectar la casa con esas mujeres.
Levanto mi mirada hacia Violette. Enojada, claro. Su esposo falso no se queda atras. Me sorprende su sorpresa, crei que con el poco tiempo con el, se daria cuenta que lo asqueroso viene de familia.
Y aunque este negando todo lo que tenemos en común. Esto es algo más que un simple gusto, o unos zapatos. Esta vez, es nuestra irritabilidad contra el apellido Wild.
Camino hacia ella.
— Violette.— La llamo. Continua caminando
— Escucha, Evangeline.— Se gira. Me detengo frente a ella— Antes de que digas algún comentario, si, me afecta. Me molesta, me dan ganas de quemar la casa con el adentro. Asi que no hace falta que lo repliques con algun comentario sarcastico.
Aunque mi instinto me diga claramente que mienta. No puedo, porque por primera vez, no es necesario. Decir la verdad me dara justo lo que quiero.
Se siente tan extraño ser sincera.
Lamo mis labios, mientras suspiro.
No quiere decir que es fácil.
— Tal vez no lo demuestro, pero esto me afecta igual que a ti.— Frunce el ceño
Pero algo me alivia. Violette se muestra bastante madura, y eso lo admiro, yo no lo era a su edad.
Suaviza su rostro, suspiro.
— Escucha, Violette.— Me acerco— No somos amigas, ni tampoco nos llevamos del todo bien. Pero las mujeres son expertas en algo cuando estan unidas, destruir a los hombres.— Sonrio, me mira unos segundos más
No conozco una mujer que no concuerde conmigo. Y Violette no sera la excepción.
Sonrie levemente.
— Te escucho.— Sonrio más
Dicen que la venganza es el postre más sabroso. Pero todos saben que mis venganzas, es la cena completa.
Y nadie llega al postre.
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