Porque la mirada azul vibrante de la chica Ravenclaw ilumina los días de Remus Lupin.
Pero, hay alguien que no está dispuesto a compartir las miradas de la Ravenclaw.
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Bromas y sonrisas
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La primera semana de clases había sido tranquila a excepción de la primer clase en herbología donde Egeón Fawley le había dicho a Remus que era un idiota al lanzarle pus de las raíces. Por suerte Egeón llevaba puestos los guantes de protección sino habría sido un total desastre.
Desde ahí Remus había sentido vergüenza con la pareja de amigos Ravenclaw así que evitaba mirarlos, aunque no negaba que extrañaba ver los ojos azul intenso de Hailey.
—Anda, Remus vamos a poner estas bombas fétidas al despacho de Filch
—No tengo ganas
—Ya sé, podemos ponerlas en la sala común de Ravenclaw —Dijo Sirius
—¿Qué? No, de ninguna manera..
Remus no podía imaginar hacer una broma que implique en algo a Hailey aunque eso no quitaba que quisiera lanzarle una bomba fétida a Egeón Fawley.
—Ravenclaw o Filch, tú decides Remus
—Filch
Remus se maldecía por dejarse convencer por sus amigos para hacer esas bromas, se supone que él era un prefecto y debía poner el ejemplo.
—Tú llevarás las bombas, Lunático. Cornamenta llevará la capa, Colagusano y yo llevaremos el mapa.
Los cuatro amigos salieron de su sala común en camino al despacho de Filch, Remus sin querer se había quedado un poco atrás los 4 ya no eran unos niños y la capa de invisibilidad no los cubría a todos.
