Camus se fue con el niño a casa de su padre seguido de Milo, que si bien quería al Francés no le quedó de otra. Ganimedes estaba sentado con Alex como dos mafiosos a punto de ejecutar un plan, dejando tenso al pobre bicho.Ganimedes, a pesar de ser una persona pasando los 50, estaba mucho más delgado y demacrado; la extracción de sangre por parte de Hades lo dejó luchando con una severa anemia hemolítica.
Camus: Papá, desde que Hades falleció y encontramos a mi hijo luces muy mal ¿Qué tienes?
Alex: Pequeño Camil, tú y yo tendremos una conversación más profunda cuando se terminen de acomodar, yo me encargaré de explicarte con detalles todo y el porque tu padre está en este estado.
Camus quedó confundido, pues son contadas las veces que Alex habla por su padre, y llevó sus pertenencias a la que era su habitación.
Camus: Milo...
Milo parecía perdido, estaba bastante triste, no quería dejar a su hermano pero su familia era más importante. Quizás tenía muchas peleas con el francés pero lo amaba, y también a su manzanita, aunque el menor pensara lo contrario.
Milo: Voy a terminar de traer las cosas que tiene el bebé y hablaremos con calma ¿Si?
Camus: Ya no quiero seguir peleando contigo.
Milo: Querías privacidad, que mi sobrino no mordiera más al pequeño y necesitábamos espacio, no? Bueno, ya lo tienes.
Camus: Sabes, te lo dije antes de venir, no estás obligado a permanecer aquí.
Milo: Estamos casados Camus, tenemos un hijo, son mi responsabilidad y también te amo, quiero estar contigo en las buenas y las malas.
Camus: ¿Porqué siento que estás aquí obligado?
Milo ya miraba con fastidio al Francés, volvía a insistir en lo mismo.
Milo: Con mi hermano estaba feliz y cómodo, por eso no quería venir pero mi hijo es más importante al igual que nuestro matrimonio, me acostumbraré.
Camus rodó los ojos y asintió, acomodó la ropa de Milán y lo llevó con su abuelo.
Camus: Papá, cuida unos minutos a Milán mientras termino de ordenar las cosas con Milo
El niño como de costumbre estaba dormido y lo llevó a los brazos de Ganimedes, quien sólo lo miraba fascinado, su hijo había dado a luz a un príncipe hermoso y otro descendiente que proteger.
Ganimedes: Ni tú te imaginas lo que fue capaz tu abuelito para que estuvieras con vida a manos de ese demonio y lo volvería hacer mil veces más, cada segundo de tranquilidad en tu pequeño rostro vale mil torturas y agonías.
El niño estaba despierto cuando Ganimedes hablaba con el y le sonreía, el tiempo que estuvo secuestrado con Hades convivía con su abuelo sin saberlo.
Ganimedes se percató que el más pequeño de la casa ya estaba despierto y le sonreía con mucha dulzura.
Ganimedes: Si dormido eres lindo así sonriendo eres un hermoso regalo de los Dioses mi pequeño, Dionisio estaría celoso de ti.
Álex: Si que estás enamorado de tu nieto , no?
Ganimedes: Gracias a ti sigue con vida cariño.
Alex: A mi no bebé, a ti. Hades a diario te sacaba sangre creyendo que era de él y tu vida peligró tanto que pensaba quedaría viudo.
Ganimedes: De ser necesario daría mi vida nuevamente por él.
Alex sonriendo parado desde el marco de la puerta se acercó a ambos y les dió un beso.