Se oían sus gritos de combate más cercanos, faltaba poco, pero en su camino encontró a una niña siendo perseguida por más de esos muertos vivientes
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Espera, ¿Es Nero el que va en su cabeza?
Tuvo que desviarse de su camino para poder ayudarla
Hizo lo que venía manejando desde hace un rato, salvándola
-Hermanita! - corrió hacia ella y se escondió detrás- Este manto... el hermano está peleando por allá- señaló con su dedito
-¿Hay alguien con él?
-Sí- sonrió- una chica de cabello blanco, y dos de cabello rojo- llevó su mano a su mentón- creo que uno de ellos es el capitán de una orden
Eso la dejaba más tranquila, quiere decir que si lo encontraron y que no necesitaban más personas, podría interferir en su pelea ocasionando lo contrario a su deseo
-Ven aquí- la cargó, no traía zapatos y sus pies estaban muy lastimados- te llevaré a un lugar seguro
Apenas unos minutos de estar caminando, el cielo se aclaró, quiere decir que las cosas ya están bien, ¿No?
Sus brazos se sentían entumecidos y aún no encontraba un lugar para que pudieran curar a la niña
-Oye, pequeña- la llamó- ¿Te gustaría viajar por aire?
La niña solo sonrió mostrando sus dientes, lo que interpretó como un sí, cogió un pedazo de madera lo suficientemente espacioso para que cupieran las dos y usó el mismo hechizo que cuando estaba en la mazmorra.
Es verdad que esto podía quitarle el poco maná que le quedaba, pero ya no podía seguir cargando a su acompañante, además, todo había terminado, podía relajarse un poco
-Ne, oneechan- llamó su atención- ¿Qué son esas manchas que aparecieron?
Observó la situación con curiosidad, desde el cielo pudo notar que los demás caballeros mágicos estaban siendo tragados por esta especie de magia espacial
Bajó lo más rápido que pudo, alarmada
-Necesito que te quedes aquí- le dijo poniéndola sobre un techo- no creo que aparezcan más de esas cosas, pero igual aquí estarás a salvo- le dio una especie de silbato- si tienes problemas sopla esto con fuerza, no salgas, vendré por ti más tarde
Se marchó corriendo a toda velocidad, casi estaba en su límite, pero debía estar alerta.
A unos metros vio volar a Yuno, que estaba siendo atacado por una especie de bruja, ¿Quién sabe desde hace cuánto estaban peleando?
La pelinegra corría intentando alcanzarlos, el chico se veía cansado y ella no podía usar más su medio de transporte
-Si ruegas diciendo "lo siento señorita", quizás te perdone la vida
