Mudanza

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Las horas dentro de la mansión parecían pasar tan lentamente sin importar lo que hiciera parecía que apenas le tomaba minutos, pero al parecer ese problema estaba a punto de ser solucionado o convertirse en uno más grande, pues al su esposo había decidido que el departamento que ocupaba antes del matrimonio  era suficiente para vivir los dos, era eso o la conversación que escuchó tras la puerta sobre no ocupar las propiedades hasta que el plazo de tres meses sea cumplido, New soltó un suspiro tratando de controlar un poco su estado de ánimo la escena de su esposo siendo algo extra esta mañana, le provocaba mucha desconfianza  vivir en un lugar en el que estarían solo los dos.

Tay se hallaba ofuscado por la situación inesperada de no ser porque el abogado le era necesario lo hubiera despedido en ese mismo momento por dar tales noticias, aún si tenía el consuelo del puesto en la empresa Vihokratana que le ayudaria a solventarse además del manejo de fondos en todo lo que respecte a la universidad tener que compartir aquel departamento solamente con el menor no le parecía ni remotamente buena idea.

Esa tarde varios de los empleados recogían las pertenencias del joven heredero, las de su esposo ni siquiera habían llegado a su casa por lo que el trabajo no les tomo mucho tiempo, apenas artículos personales del mayor llenaba una gran maleta, lo mismo que artículos tecnológicos como su laptop, cámaras y varios lentes se empacaban con cuidado. New rodo sus ojos hasta ponerlos en blanco por la situación, su departamento era pequeño y ahora lo más seguro que la modesta vivienda sería asfixiante, aún así no pudo contener una sonrisa cuando el mayor fue interceptado por el abogado quien le informó que el acuerdo incluía también el lujoso auto donde tenía la intención de trasladarse.  Sin más remedio que tomar un taxi Tawan y New se encaminaron al pequeño departamento y el mayor no reprimió sus quejas al observar que apenas constaba de una habitación que estaba unida a la cocina y a la sala de forma angular, al menos el baño era algo decente para su gusto.

—También tienes dinero y vives en un lugar así--reclamó al moverse por la estrecha habitación que permitía apenas una cama.

—Tiene lo necesario y es suficiente--New contestó con simpleza estirando su cuerpo sobre la cama cuando un detalle cruzó por su mente, la habitación apenas permitía una cama y su sala si así podía llamarse constaba apenas de un sillón para una persona con un librero y por mucho que deseará que el mayor se conforme  en ocupar el sofá incómodamente dudaba mucho que eso sucediera.

—¿Por qué me miras así?--su esposo preguntó dejando sus maletas a un lado de la cama y observando el cuerpo del menor sobre la cama un ligero sonrojo que paso desapercibido se hizo presente en su rostro.

—Estaba pensando en que la habitación es muy pequeña -- New masculló.

El heredero tardo un par de minutos para procesar aquella información, viendose en tal situación no pudo evitar emitir un sonido parecido al gruñido de un perro por la molestia porque dormir en la misma cama del menor era algo que no quería y tampoco podía conseguir un departamento de un minuto para otro y era fin de semana llamar a su mejor amigo para pasar la noche era imposible pues el director de la universidad visitaba sin falta a su abuela todos los fines de semana.

El dilema cada minuto parecía sin una solución sumía a los recién casados en un profundo silencio y un extraño duelo de miradas donde ninguna de las partes era capaz de ver directamente a los ojos del otro por más de tres segundos.

—Sería más fácil si no tuvieramos que vivir juntos -- el mayor murmuró para sí mismo pero fue escuchado.

La idea de que al no tener quien los vigile  únicamente podrían decirle al abogado que en efecto vivían juntos aunque no lo hicieran, vino como un rayo a su mente a pesar de que su idea fue descartada cuando minutos después el abogado de la familia se hizo presente en su nueva vivienda para constatar que en efecto estaban juntos, ninguno de los esposos conocía como exactamente obtuvo su nueva dirección pero ahora eran conscientes de que cada semana y un día al azar tendrían la visita del  profesionista.

Des(esperanza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora