Horus no acostumbraba a tomarse las cosas muy en serio pero aquello lo alarmó más de lo que tenía planificado. Sus dedos se desplazaron hacia el cuello de la camisa que tenía puesta Tobias y lo atrajo hacia é. La fragancia de oráculo golpeó su nariz pero no pensó en lo delicioso que era.
-¿Qué quieres decir con que no puedes contactar con Ra?-
Tobias no se sacudió, su cuerpo estaba pesado.
-Lo que oíste- resopló- hay algo que no me deja hablar con él, créeme lo intenté varias veces-
Horus lo soltó y Tobias se recompuso en la cama echándose el cabello alborotado hacia atrás.
-No hay alguna forma, es algo serio lo que tengo que tratar con él-
Tobias negó con la cabeza lentamente.
-A menos que él mande a alguien no creo que haya forma de contactarlo. De todas formas estoy seguro que lo hará dentro de poco- Tobias estaba seguro que Ra se pondría al día con la situación, después de todo el tablero del cielo solo funcionaba con las predicciones y poder del Oráculo.
Horus se pasó la mano por el rostro y se mordió el labio. Era frustrante todo aquello. Era algo nuevo sentirse preocupado pero temía por su seguridad, esa persona se notaba que era fuerte. Posiblemente más que él. No era un oponente, no solo siendo humano, sino también como Dios. Había pocos que podían superar su poder. Solo que por qué no recordaba, la lista no era muy amplia. Sintió como Tobias volvía a recostar en la cama y cerraba sus ojos.
-¿Vas a dormir un poco más?- se quedó mirando la curva de cuello que había quedado expuesta desde que lo había tomado por el piyama.
-Estoy cansado- en su voz se notaba- Dormiré un poco más- Come algo de la nevera, no cocinaré hoy- su voz se iba apagando- Y hoy pasaré por tu trabajo-
-¿Eh?- eso llamó a atención de Horus que lo agarró del brazo y tiró de él para que se sentara- ¿Por qué tienes que pasar por mi trabajo?- le protestó.
Los ojos de Tobias seguían cerrados y su cabeza estaba hacia un lado casi dormitando.
-Porque a pesar de que no pueda contactar con Ra tengo un informe que darle sobre todo lo que haces- bostezó- Así que mueve el culo y acaba de irte de una vez- el halcón tuvo que sujetarle la nuca para mantener algo estable su cabeza que se fue hacia atrás.
-Maldito niño- protestó el dios. Lo menos que quería era que viera lo que estaba haciendo, técnicamente no podía hacerlo pero bueno, después de todo él era un magnate, que estuviera sirviendo a otros era una posición que detestaba.
Resopló y se fijó de nuevo en el cuello expuesto y no pudo evitar acercar sus labios allí. Tenía un fuerte impulso de molestar al menor pero no se esperó que la piel de debajo se sintiera realmente suave. El pulso latía fuerte y constante. La respiración de Tobias era suave lo que indicaba que se había quedado otra vez dormido.
Horus cerró los ojos y se dejó invadir por la gloriosa sensación contra su boca. Era totalmente diferente al chico con el que se había revolcado la noche anterior. EN comparación con Tobias, su piel podía pasar por áspera y dura.
Con la mente nublada atrajo al chico a su regazo, apenas pesaba y su cuerpo era como gelatina. Un leve sonido salió de su garganta a modo de protesta pero no se despertó. Las manos de Horus se desplazaron entonces a lo largo de la espalda sin evitar levantar la camisa y colar sus manos por debajo tocando directamente la piel.
Gimió contra su cuello. Había sido un buen revolcón el de anoche pero no era suficiente. Su lívido no se aplacaba tan fácil. Otro sonido incómodo salió de la garganta de Tobias y se removió pero el dios no lo soltó. Sin pensarlo mucho su lengua ya se encontraba saboreado la piel contra ella. Una de sus manos se desplazó más hacia abajo llevándose consigo e borde del pantaloncillo del piyama hasta dejar las nalgas del humano al aire.
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La Redención de Horus #2 (PAUSADA) Trilogía Dioses Cautivados
RomanceHorus ha sido juzgado y expulsado del Imperio. Ahora tendrá que vivir en el mundo humano custodiado por Tobías, aquel chico ciego que resulta ser el Oráculo de Ra, y que por alguna razón lo odia. Aunque el dios solo tiene intenciones de retornar a s...