-Una nueva aparición. -dijo Sully al otro lado del escritorio.- Al parecer le gusta matar hombres solamente.
-Eso es nuevo -respondió Frank rascándose la barba.
-Por eso esto es importante.
Sully le entrega la carpeta con la información a Frank y este la lee por encima.
-No lo arruines esta vez -le advirtió Sully.
El ángel sale de la oficina, dirigiéndose a salida del edificio.
-Blah, blah, blah... -leyó sin mucho interés y en voz alta.- Mujer, de 25 a 30 años, cabello largo y castaño. No hay fotos. Ubicación... bien, pues allá voy.
Frank cerró la carpeta y se dirigió a la zona en donde suceden los asesinatos por la noche, vestido con un buzo con capucha negro, un pantalón de gimnasia cómodo de color gris oscuro y empieza a rondar por el lugar. Un lugar frío, rodeado de edificios y personas por todos lados.
-Parece que las personas aquí no duermen. -pensó.
Frank da vueltas y vueltas por horas de manera discreta, pero no encuentra indicios de la demonio.
Empezó a amanecer y decidió volver a casa.
A la noche siguente, hizo la misma ronda y no encontró nada extraño otra vez.
Pasaron dos días hasta que en una de sus rondas, una mujer lo frenó.
-Veo que estás muy sólo en esta noche fria, Bombón. ¿Te apetece un poco de... "compañía"?. Si pagas bien, te juro que la pasarás más que bien. -rió la mujer de manera suave.
-Podría ser ella -pensó Frank.- tengo que tener cuidado. Hay muchas personas aquí, si sospecha, puede empezar una masacre.
Mientras frank pensaba, la mujer le acariciaba el pecho y los brazos marcados.
-Vamos, ¿qué esperas?. -la mujer lo miraba de manera provocativa.- No hagas que me arrepienta.
-Lo siento bombón, no caeré en tus juegos.
-No jugaré a menos que me lo pidas... -respondió ella.- Está bien. Si te arrepientes, ya sabes donde encontrarme.
La mujer se alejó, dando vuelta en una esquina, Frank la siguió tomando una distancia segura ya que era una sospechosa, cada mujer que trabajaba ahí era sospechosa.
La siguió hasta un hotel, al parecer ahí tomaban un descanso después de trabajar. Era como un refugio para estas mujeres.
-Hotel Star. -dijo Frank para si mismo.- Después de dar vueltas, encontré algo.
Hay más de veinte mujeres ahí, tendré que hablar con algunas de ellas. Comenzando con la mujer que me detuvo.
A la noche siguiente, Frank se encontraba dando sus rondas nocturnas, hasta que visualizó a la mujer. Estaba fumando en una esquina, le pareció buen momento para acercarse y hablar con ella.
-Hola preciosa...
-Así que has vuelto -dijo la mujer dándose vuelta hacia él.- ¿Esta vez traes dinero?
-Tengo que hacerte varias preguntas, ¿te apetece un café? Yo invito.
-Si eres policia, lárgate. No arruines mi noche, solo quiero trabajar.
-¿Parezco policía?. Solo son unas preguntas, es todo.
-Mmmm, está bien. -aceptó sin mucho entusiasmo.- Pero solo será uno. Te veré temprano en la cafetería de aquella esquina. No voy a estar esperándote mucho tiempo.
Cuando el sol empezó a salir, Frank se dirigió hacia aquella cafetería donde la mujer lo citó.
Una mañana bastante fresca, con neblina y mucha humedad.
-Buen momento para un café. -Pensó.
Al llegar, entró al lugar buscando con la mirada a la señorita. Una vez que la encontró, fue hasta su mesa y se sentó frente a ella. Hablaron por un buen rato mientras bebían una taza de café.
-¿Sabes algo de lo que está pasando por esta zona?
-¿Los asesinatos?. Si, algo he oído. -dijo mirando su taza de café y luego al ángel.- ¿Quién no?.
-¿Has visto algo o a alguien que pareciera sospechoso últimamente?. -preguntó Frank, luego dio un sorbo a su café.
-No que yo recuerde. -la mujer hizo una pausa intentando hacer memoria.- Oh si, una chica bastante atractiva apareció de la nada hace poco. -respondió con asco.- Esa hija de perra nos roba los clientes y camina en la calle de al lado como si nada. Aunque la verdad, no parece que lo haga por necesidad.
-¿Sabes cuando puedo encontrarla?.
-No viene todos los días... pero si viene siempre a la misma hora. -respondió.
Frank continuó haciéndole unas pocas preguntas, la mujer le dio la información que él buscaba y se marchó. Mientras tanto, él se quedó tomando otro café y pensando en la chica que le habían acabado de dar información.
El ángel esperó al anochecer y empezó su misión.
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Toc, toc... ¡¡No abras la puerta!!
HorrorÉsta historia te atrapará... ¿o será que ellos lo harán primero?