Erase Una Vez En La Unión Soviética

Capítulo 7

Era el año de 1941 cuando empezaría la operación Barbarroja encabezada por los nazis para poder invadir la unión soviética,
Estaban conquistando partes de Rusia y pronto iría por la ciudad de Leningrado donde se había criado nuestro protagonista, después de eso iría a por Stalingrado, lo que actualmente es Volgogrado, tomaría el río Volga y sería un gran paso más para Adolf Hitler de conquistar la unión soviética.

Viktor Petrov se enteró del inicio de la operación Barbarroja y pronto sería enviado el y sus compañeros a defender su antiguo hogar, llegaron a Leningrado y quería conocer lo que le había pasado durante todo este tiempo mientras el no estuvo, pero no tuvo tiempo y empezarón a escarbar trincheras para combatir la llegada del enemigo, con la ayuda de civiles lo pudieron hacer más rápido, finalmente ya habían cavado las trincheras y solo quedaba prepararse.

-¿Ya se han enterado de la orden 227 que implementó Stalin?-pregunto Ethan a Viktor y Mika

-Si, la verdad si, solo podremos retirarnos si un ataque nuestro es infructuoso, si solo estamos defendiendo y nos retiramos nos fusilan, nos consideran cobardes y traidores, es un poco fuerte pero es para repeler la invasión

-Eso es un poco cruel-dijo Mika

-Haremos lo que sea para defender a la gran Madre Rusia-dijo Viktor Petrov con orgullo

-¿Que acaso olvidas lo que hizo la gran Madre Rusia en nazino?

-¿Si no te gusta seguir en el ejército por qué estás?

-Por que se que tengo fe de que después de todo esto, la unión soviética pueda ser un lugar mejor, en el que ya no haya más muertes y....

-Son solo una estadísticas

-No solo es eso, también son personas como tú y como yo, con debilidades y sueños

Ethan sin saber que decir solo le dió un mordisco a su barra de chocolate y al saber su tan terrible sabor dijo:

-La chocolatina sabe horrible, no la prueben, emmm... Sabían que los Estadounidenses le llaman "El arma secreta de Hitler"

Mucho antes del desembarco de Normandía el Coronel del ejército norte americano Paul Logan se reunió con el presidente de la fábrica de chocolate Hershey para crear un alimento que tuviese mucha energía, dicho alimentó sería un chocolate que tenía que caber en el bolsillo, resistir a altas temperaturas y saber horrible, la última fue con la intención de que en las penurias de la guerra los soldados no se la acabasen rápidamente y solo la comiesen si era necesario, pero el sabor era tan horrible que los soldados preferían pasar hambre antes que comerse eso, el invento parecía inútil hasta que llegó la disantería, una enfermedad que provoca diarrea la cual dejaba a los soldados en cama y lo único que podían consumir era el chocolate salvando la vida de los soldados.

Después de un silencio incómodo el comandante Yakov vino y ordenó al recluta Ethan irse a las líneas defensivas de Stalingrado y a Mika Strekoznova irse al pelotón de mujeres que también serían llevadas a Stalingrado y Víktor Petrov se quedaría en Leningrado, ambos se sentían un poco mal de haber discutído antes de despedirse, aún así se despidieron pidiéndole el uno al otro que se rencontrasen, Viktor Petrov se quedaba en las líneas de defensa esperando al enemigo sabiendo que si los nazis eran numerosos, más que ellos, estaría perdido.

Estampilla soviética con la famosa frase
"¡Ni un paso atrás!" Que se convirtió en un eslogan de la resistencia antifascista soviética.

Todo ocurría normal, su trabajo también era evacuar a la poca gente que quedaba en Leningrado pero deseaba irse a la granja en la que creció pero no le fue permitido, finalmente mientras llevaba a una mujer de mayor edad a hacia el camión de civiles vio a lo lejos aviones enemigos haciendo un silbido infernal, se puso adelante de la anciana y los aviones dispararon, cerro los ojos y se tapo los oídos pero afortunadamente sobrevivió, los abrió y vio algunos de sus compañeros y civiles heridos o muertos, llevo rápidamente a la anciana al camión y se acercó a las líneas de defensa, tomo sus binoculares y vio tanques Panzer, aviones y soldados corriendo hacia ellos, eran cientos, de inmediato ayudo a un compañero suyo a llevar un cohete ala artillería antiaérea, colocaron el cohete y jalo la palanca para apuntar, dispararon las artillerías al mismo tiempo cuando el comandante lo indico y dispararon, muchos cohetes dieron y otros no, después de eso tomaron sus mosin nagant y apuntaron a los enemigos, Víktor Petrov estaba asustado, eran demasiados y no creería vivir para contarlo, apunto y disparo, disparo a cuántos enemigos de uniforme negro se encontrase, cuando se le acabó las balas tomo su revolver y siguió disparando, las balas enemigas que pasaban encima de ellos tenían un silbido aterrador, los soldados soviéticos iban cayendo uno a uno, los Panzer disparaban y generaba una oleada de al menos 4 muertos, pero aún así lo tenían un poco controlado, Viktor dejo de disparar y llevo munición al soldado que manejaba la ametralladora, este disparaba mientras gritaba, las explosiones se escuchaban más cercas y los soldados soviéticos empezaban a asustarse pero no se iban por qué sabían que les esperaba, los gritos de los ambos bando se oían cada vez más fuerte, los aviones nazis a la hora de bajar a las trincheras de los soviéticos corría un gran temor por qué miedo de ser asesinados, cuando de pronto, por atrás de las trincheras dónde estaban los soldados con ametralladoras para asesinar a todo aquel soldado soviético que retroceda fueron aniquilados por tropas alemanas.

El estrés continuo aumentaba con el miedo, el trabajo de un general en el campo de batalla no era matar a más gente sino hacerlos huir y en la huida matarlos, el pánico era contagioso, los griegos decían que fobos, el dios del miedo era quien decidía las batallas, por eso lo Espartanos usaban penachos gigantes, por eso los samurais usaban máscaras de demonio y los soldados de Napoleón además de usar sobreros de granadero el general colocaba a los hombres mal altos en las primeras filas del combate, nadie podía huir, estaban rodeados, Víktor Petrov empezó a enloquecer, y no dejaba de oír las voces de las personas que murieron en nazino mientras las balas enemigas pasaban a escasos centímetros de el, trataba de mantenerse cuerdo y tratar de apuntar al enemigo pero en una de esas que asomaba la cabeza y apuntaba, una de las tantas balas enemigas le dió en la cabeza, soltando el mosin nagant cayó al suelo boca arriba.