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Mateo

Ella a mí me llama siempre pa' matar las ganas

Después que le meta, seguimos siendo bien panas

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—¿Nunca se pusieron a pensar que sus manos se lavan solas y vos las mirás?—interrogó Valentín frunciendo el ceño, yo lo miré extrañado, lo notaba más pelotudo que antes.— Siganme en Instagram para más datos curiosos.

—A mi se me para sola también.— acotó Daniel, me estaba preocupando de su mentalidad.— Y eso que no me garché a tu novia.

—Pero no tengo novia...

—Por eso mismo.— sonrió sarcástico y yo reí por lo bajo.— ¿Vos, turro? ¿Tenés datos curiosos para contarnos?— me miró el rubio.

—Para contar pelotudeces como las que cuentan ustedes, mejor me callo.— dije mirando para otro lado.

—Los chismes de tu relación con Palomita no se cuentan solos.— insistió el ojiazul riendo, Daniel abrió los ojos de par en par.

—Vos, pedazo de re puto, dejá de contarle todo lo que me pasa a la otra.— lo rete y él alzó los hombros.

—Ella es la que me llama cada dos por tres, no es mi culpa.— se defendió haciendo montón con la mano y después corrió la mirada para adelante, cosa que hicimos también Daniel y yo.— Mateo, las de tu curso están re partibles, te admiro.

—Emilse está como dulce de leche con pan.—halagó Daniel tapándose su rostro con sus manos.— Mirá el tremendo bombón que tenemos en nuestro curso, Mateo, ¿no le das?— me vio de reojo pero yo negué.

—Pero él tiene el corazón con agujeritos por Palomita, pelotudo.— recordó entre dientes el ojiazul.

—Somos amigos, no más.— repetí negando con la cabeza.

—Ya son mi nueva pareja favorita.— continuó el rubio entre risas.

—Yo soy team Pachu, no me rompan las pelotas.— se defendió Valentín.

—Yo soy team nada. Callensé, mamertos.— ordené y los dos agacharon la mirada aguantandose la risa.

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Con Daniel nos fuimos a nuestra aula mientras que Valentín se fue a la suya con sus compañeros que, obviamente, les caía mal. Me senté en mi banco y me quedé hablando con el rubio hasta que la profesora se digne a aparecer por los pasillos.

—¿Estará Emi casada?— preguntó por lo bajo y yo rodé los ojos.

—¿Vas a seguir con eso?

—'Toy enamorao'.— asimiló mirando al frente, donde se encontraba Emilse charlando con sus amigas.— Mirá el cuerpo que tiene, papá.— echó un suspiro pesado.

—Qué pajero que sos, negro.— negué sacando el celular de mi bolsillo.— Si tanto querés cogertela, andá y chamuyala por Insta.

—¿Sabés a cuántas minas me chamuyo por ahí y la cantidad de ganado que tengo?— hizo montón con la mano, yo alcé ambas cejas simulando sorprenderme.

—Hacete el galán, pero por tener más no te hace superior.— recordé pero él bufó.

—Llore y envidie, hombre, llore y envidie.— golpeó mi hombro haciéndome reír.

shades; trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora