Capítulo 16

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Regresamos a su oficina, después de hablar con el Gerente de Recursos Humanos; y yo estaba aún analizando lo que había sucedido, Ann parecía tan confundida como yo...

- Director Pruk... ¿Usted solicitó esto?

- Sí, Ann. Perdón por no decirles, pero, no quería que pareciera que ustedes ya lo sabían.

- Pero, ni siquiera me lo dijiste a mí.

- ¿Me tratas de tú, delante de Ann?

- No me cambies el tema, no me parece divertido.

- Ann, déjame solo con Saint, parece que se pondrá intenso.

- Sí, Director Pruk. Con permiso.

Cuando Ann salió de la oficina, me levanté y fui directamente cerca de su silla, me recliné un poco sobre su escritorio.

Estaba muy molesto, él no tiene la menor idea de la angustia que viví, pensando que nos separarían.

Crucé mis brazos, fruncí mi ceño, y me paré muy rígido a su lado.

Él comenzó a mirarme como si yo estuviera exagerando y eso elevó más mi nivel de furia.

- Ahora, estás enojado conmigo...

- Y con justa razón ¿No te parece?

- Saint, no te enojes, si te lo hubiera dicho, el Gerente lo habría notado y hubiese pensado que tu respuesta era falsa.

Se levantó de su silla y se paró frente a mí, puso sus manos en el escritorio y se acercó mucho, pero yo seguía molesto por lo que había pasado, hasta que dijo...

- No quiero que te separen de mí. No te dije nada porque tu respuesta debía escucharse sincera.

- ... Yo, tampoco quiero que me separen de ti. - Él me abrazó por la cintura y yo puse mis manos en sus hombros.

- Me alegra mucho, que serás mi asistente por un tiempo.

- Te amo Zee. Pero, no me beses.

- ¿Por qué no?

- Porque perderás el control, y estamos en la oficina.

- Uno pequeño...

- Para ti, no existen las cosas pequeñas.

- Eso... Se escuchó... Tan...

- ¿Tan qué?

- Olvídalo, no te daré mi opinión sobre eso. Ahora, dame un beso rápido, porque tenemos muchos pendientes en la oficina.

Sí, es exactamente lo que él pensó, aunque no quiso decírmelo, lo he sentido muchas veces ya, incluso lo toqué, así que estoy seguro de eso.

Accedí al beso, pero como lo dije, duró mucho y acepto la responsabilidad, me gustan mucho sus besos, sobre todo cuando nuestras lenguas se entrelazan.

Salí de su oficina después de empujarlo levemente para separarlo de mí, porque él es más propenso a perder el control, y si seguíamos así las cosas terminarían en tocarnos, como ya pasó dos veces.

Esa semana, fue bastante estresante. Pero, había una cosa que me dio el impulso que necesitaba, para terminar todo lo que Zee me pedía...

Al fin se llegó el día, hoy conoceré su Villa en el Lago, me pregunto ¿Cómo será?

Tok tok tok - Abrí la puerta.

- Hola, Saint ¿Estás listo?

- No, aún me falta mucho por arreglar.

- Toma lo que esté a tu alcance y lo demás te lo compraré en el camino, ya vámonos.

- ¿Tienes prisa?

- Sí, y si no te apuras, te llevaré cargado.

- Quiero ver que lo intentes...

Se metió y cerró la puerta, mi espalda estaba contra la pared, no me sorprendió en absoluto que lo hiciera, porque sabía que con decir esas palabras, lo haría.

Todo fue una excusa para poder besarlo antes de irnos. Puse mis brazos en sus hombros...

- ¿Cuál es la prisa Director Zee?

- ... ... ... Creo que, abriré la puerta y te esperaré afuera.

- Eso te costará un beso.

- Saint, suéltame... No puedo... besarte...

- Solo uno... Solo uno...

Vi que hizo un gran esfuerzo, como si deseara contenerse, pero yo no lo permití y gané.

Él se inclinó para besarme, fe tan lento, apasionado y caliente...

Cuando sacó su lengua de mi boca, me miró a los ojos, se veía sumamente excitado y fue en ese momento, que decidió besar mi cuello, mi temperatura corporal comenzó a subir y estaba sollozando...

Pero, lo detuve, porque sabía que él no quería hacerlo en mi departamento.

- Zee, vámonos.

- No vuelvas a hacer esto Saint, porque la próxima vez, no me detendré.

En realidad, no quería que se detuviera. En fin, tomé mi equipaje y nos subimos a su auto, pasamos por una gasolinera y almorzamos ahí.

- ¿Qué quieres comer?

- Hamburguesa, pizza, soda y papas fritas.

- ¿Conoces la comida saludable, Saint?

- ¡Compláceme solo hoy!... Este es un viaje especial... - lo abracé por la cintura para convencerlo.

Se acerca a mi oído y dice:

- ¡Te complaceré con la comida aquí! Pero llegando a la Villa, eres tú quien me complacerá a mí...

- ¡Trato hecho!

Después de salir, noté que había una farmacia cerca y le dije a Zee que iría a comprar medicamentos para mis alergias antes de irnos y me esperó...

45 Días "SaintZee"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora