xviii. trusting issues

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capítulo dieciocho:  problemas de confianza

capítulo dieciocho:  problemas de confianza

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Alivio.

Esa no era una palabra que últimamente describiera a Alexandra, sin embargo, ese día era así. Era una sensación agradable el saber que por primera vez podían ver la luz al final de aquel túnel tan sombrío, que las piezas en el tablero se estaban moviendo finalmente hacía favor. Que muy pronto todo aquello iba a terminar, la paz pronto reinaría en Nueva Orleans. No obstante, ese día sentía esa sensación al saber que Layna Dumont, la mujer que consideraba su aliada y quizás, hasta como su única amiga; estaba librada del control de Arthemisa, finalmente. 

Más temprano esa mañana, Marcel la contacto avisándole que la bruja Tréme había despertado y que por supuesto, tal como se lo esperaban, demandaba respuestas de su inminente secuestro; por lo que Alexandra decidió enfilarse hacía el otro lado del río Mississippi para poder darle orden a la situación que empezaba a suscitarse.

Tal como le había indicado Marcel, la joven Alfa llegó al lugar señalado en donde mantenían a Layna junto con el otro brujo recuperado de la posesión, Vicent Griffith. Para cuando Alexandra se halló dentro del edificio pudo ver que el mismo estaba custodiado por varios vampiros, quizás por la seguridad de que nadie entrara o de que nadie saliera. Una vez en el pasillo que —con direcciones de los cuidadores— dirigía hasta las habitaciones, Alexandra llegó hasta la primera puerta indicada.

Al empujarla pudo ver a la Layna sentada al borde de la cama con el rostro apoyado sobre sus manos, hasta que el ruido proveniente de la puerta la llevó a mirar, la confusión mezclada con el alivió pronto se dibujaron en su rostro.

—¡Hasta que al fin, alguien conocido! —la euforia en su voz salió tan rápido como se levanto aproximándose hacía Alexandra para rodearla con sus brazos. La joven Alfa cerró los ojos cuando correspondió al mismo —. Estos animales no han hecho otra cosa que mantener silencio. —agregó cuando se separó. El alivió en Alexandra creció.

—Si... Lamento que haya sido así, era por tu seguridad. —tranquilizó, sin embargo, para Layna las palabras de Alexandra estaban lejos de ser tranquilizadoras. Para cuando despertó en la madrugada se halló encerrada, cuando comenzó a demandar respuestas nadie las contestaba. Así que a pesar de que su amiga le dijera eso, ella no sentía paz al respecto.

—Entonces...—se detuvo —¿Qué hago aquí? —interrogó mirando a su alrededor. Ciertamente no reconocía nada de ello, pero tampoco entendía como había llegado ahí. Era muy confuso todo lo que estaba sucediendo. Alexandra tomó una inhalación, se veía culpable más la joven bruja no sabía por qué con exactitud.

—¿Qué es lo último que recuerdas?

Aquella cuestionante le pareció tan extraña como la situación que vivía. —Recuerdo estar en vía a Salem, como lo hablamos, para investigar con mi abuela sobre los Morganson. Llamé a mi abuela para recordarle que pronto estaría ahí... —rememoró la conversación en la cual Alexandra le había pedido investigar sobre la doppelgänger, sobre la familia de brujos. Querían respuestas —. Después de eso, todo se vuelve borroso.

² 𝐖𝐈𝐂𝐊𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora