Capitulo 2

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Cuando son las 5:45 de la tarde estoy desesperado por terminar el día laboral, sé que Ana llegará al apartamento pronto porque Sawyer me informó que se dirigía ya al Escala con la Sra. Grey.

Miro la pequeña foto de Bip que tengo en el escritorio junto a la que José Rodríguez tomó de Ana sonriendo y me parece increíble cómo puedo amar tanto a este pequeño ser que aún no nace.

¿Cómo se puede amar a quien aún no conoces? A quien no has visto. A quien no has sentido....... es algo que llevo preguntándome durante toda la semana desde la ecografía de Ana pero rápidamente desecho estas preguntas cuando inevitablemente me llevan a pensar en la puta drogadicta al crack

¿Por qué no me amaba? ¿Por qué no me protegía?........ ¿Acaso siempre fui un ser despreciable y hasta mi madre biológica se daba cuenta? ¡Un niño que no debería recibir amor!

Sacudo mi cabeza para sacar esos pensamientos de mi mente, recojo mi chaqueta y salgo de mi oficina, les deseo unas buenas noches a Olivia y Andrea, y mientras las puertas del ascensor se cierran puedo oír los susurros de Olivia hacia Andrea.

"-¿Ves? ¡No es un error, no escuchamos mal, es la segunda noche que se despide"

Ohhh mi Anastasia aún me haces ser mejor persona.... ¿O serás tú mi pequeño bip?

En la cama recuesto suavemente la cabeza en el vientre de Ana para tratar de escuchar mi Bip, tuve que descartar la idea del ecógrafo ya que Ana no cree que sea bueno para el bebe, y supongo que tampoco debe ser una sensación cómoda para ella, pero como mi madre dice que en pocas semanas tal vez pueda escucharlo con solo un estetoscopio he solicitado los mejores y más modernos modelos a la casa matriz de Welch Allyn.

Después de hacer el amor apasionadamente, me gusta que Ana me acaricie hasta quedarnos dormidos pero justo cuando creo que está por dormirse, ella saca a la luz lo que yo trato de enterrar.

-¿Qué es lo que pasa Christian?--dice Ana mientras acaricia mi pelo.

-¿Qué pasa de qué?--finjo inocencia.

-Contigo.

-¿Conmigo?--Ohhh por favor Ana, no.

Ana suspira obviamente exasperada y aunque no la vea sé que está poniendo los ojos en blanco.

-¿Por qué crees que me pasa algo?--preguntó estúpidamente. Dios, Ana me conoce mejor que nadie, pareciera que tuviera tres libros y un cd que explicara quien soy, manual de Christian Trevelayn Grey.

-Estás muy distraído y a veces podría jurar que estás luchando con algunos pensamientos.

¡Lo ves Grey, ella te conoce!, Tal vez esa parte sobre mi sale en el Cd. Levanto mi cabeza y miro esos hermosos ojos azules que me observan inquisitivamente y me rindo.

-A veces pienso en mi madre biológica, y no logro entender porque nunca me amo.

-¿Por qué crees que nunca te amo Christian?, tal vez lo hizo....quizás solo estaba de alguna forma perdida--Ana trata solo de consolarme pero no es tan simple, sus palabras no la llegaran a justificar o convencerme de lo contrario.

-¡Por Dios Ana! Yo haría cualquier cosa en este mundo por nuestro bebe, nunca dejaría que nada malo le pasara es un ser indefenso que necesita de nosotros, si la puta me hubiera amado nunca hubiera dejado que esto pasara--le digo señalando mis cicatrices. Ella toma mi cabeza en sus manos y su boca silencia la mía con un casto beso.

-¡Te amaba Christian, algún día lo entenderás, es imposible no amarte!--dice.

El domingo vamos a casa de mis padres, Mia quiere que seamos los primeros en probar los platillos que ella ha creado para un nuevo restaurant, y aunque solo es una idea a futuro veo que mi hermanita se está tomando muy enserio este proyecto.

Los Grey somos los mejores en cada uno de nuestros campos, tal vez no sea algo que llevemos en la sangre, de echo ni siquiera tenemos el mismo tipo, tal vez es algo que se enseña y al parecer mis padres son excelentes maestros.

Los platos son excelentes y Ana devora cada uno de los platos como si llevara días sin comer, es algo divertido de ver y es una preocupación menos, ya no tengo que insistir en que coma. Mi madre la observa con cariño mientras los demás un poco más sorprendidos.

Cuando terminamos y quiero dirigirme al piano y relajarme tocando un poco mi madre me llama al estudio de papá, me parece extraño pero supongo que quiere mi opinión honesta de los platos de Mia. Pero cuando saca de la caja fuerte lo que parecen dos viejos libros colocándolos sobre el escritorio veo que sus manos tiemblan, entonces me queda claro que esta conversación será algo mucho más serio.

Tomo asiento frente a ella algo preocupado, mi madre desliza los libros hasta mi alcance y suelta la bomba.

-Christian, creo que es el momento que conozcas de Ella Fiarello, tu madre biológica.

¿Qué carajo?

¡Qué se supone que debo decir a eso! Me quedo allí tan solo mirándola. No me puedo mover y las palabras me han abandonado. Mi madre me mira nerviosa esperando cualquier señal de vida que pueda ofrecerle. Finalmente después de no sé cuánto tiempo logro modular algunas palabras.

-¿Qué demonios es eso?

Mis ojos se desvían hacia la mesa y puedo darme cuenta que en realidad son dos cuadernos. Uno de ellos se encuentra más desgastado y con grandes espacios entre algunas de sus hojas, como si tuviera algo metido entre ellas. El segundo se ve más plano pero al parecer más sucio.

-Caroline Magrane se llama la mujer policía que te llevo al hospital, yo la conocí cuando tuve de paciente uno de sus hijos. Ella me informo de las condiciones en las que te habían encontrado y también que tu madre llevaba algunos días muerta en el suelo del apartamento--. Mi madre inhala profundamente tratando de tomar fuerzas para seguir.

-Aunque te encontrabas muy deshidratado y desnutrido, no presentabas signos propios de hijos de drogadictos ni las repercusiones que en estos tienen a largo plazo cuando una mujer se droga durante el embarazo, tus cicatrices parecían recientes pero nunca estuve segura ya que tal vez tu estado no permitía una buena cicatrización--. Mi madre estira su mano y toma la mía apretándola fuerte.

-Tu mirada era dulce pero tan triste durante el examen.... quería curarte, pero más que nada sentí el inmenso deseo de borrar esa tristeza de tus ojos y en ese momento decidí que serías mi hijo. Le rogué a Caroline que por favor me diera toda la información que pudieran conseguir acerca de ti y de tu madre. Pocas semanas después mientras esperábamos los tramites de la adopción ella se presentó a mi consultorio y me entrego estos diarios que encontraron, dijo que tenían información muy interesante pero no la que necesitaban.

-¿Necesitaban?-- pregunto frunciendo el ceño.

-Información sobre tu familia.

Siluetas de Cincuenta SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora