Capitulo 25

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Me quedo en silencio reconociendo el rostro del hombre que le pudo cambiar la vida al pequeño Christian. Teniéndolo aun más cerca y a pesar del vidrio que nos separa  puedo ver con más detalle sus facciones. Se nota que fue un hombre muy atractivo, pero el paso de los años  y tal vez el del sufrimiento lo han convertido en un rostro desgastado y hasta torturado. Sin embargo lo que más me impresiona es la mirada, pues sus ojos son un mar de amargura. 

-¿Está usted bien?--la voz al otro lado del teléfono debe notar algo para hacer esa pregunta. Quizás mi rostro no logra disimular todos los sentimientos que su presencia irradia. 

-Si, si…. lo siento, es que es muy extraño verlo--logro responder algo  avergonzada. Le regalo una sonrisa y el trata de devolvérmela pero su sonrisa  es muy extraña, incluso el puede notarlo porque inmediatamente frunce el ceño. 

-¿Le sucede algo?--pregunto desconcertada al no entender su actitud. 

-No, sólo que mis mejillas aun no se acostumbran a reír, no lo hicieron en poco más de veintisiete años--contesta con un deje de nostalgia y sus ojos se sumergen en ese mar de amargura como tratando de rescatar de las profundidades algún recuerdo maravilloso. 

-Espero que eso pueda cambiar--no sé que más pueda decir, no sé como consolarlo, sólo sé que no me gusta ver a un hombre tan triste  que no es capaz de sonreír. 

-De hecho desde que llegaste a la vida de Christian he logrado hacerlo, ver sus fotos en la prensa me dolía porque sentía que le faltaba algo en su vida, era un hombre triste hasta que vi la foto que les tomaron en la  universidad estatal de Washington--ahora su mirada es cálida y parece agradecida.  

-¿En serio? En esa foto Christian aparece muy sereno y yo en cambio algo desubicada--contesto al recordar la impresión que me dio nuestra primera fotografía, la imagen que se convirtió en la primera evidencia de un amor. Hace un año caminaba por los pasillos de la universidad perdida en un mar de rostros, conocía a pocas personas y pocos me conocían y ahora soy una de las mujeres mas asediadas, fotografiadas y envidiadas del mundo entero. 

-Tal vez para ti sea así, en cambio yo logré ver en sus ojos esa chispa que su madre tenía cuando….estábamos juntos--justo frente a mis ojos este pobre hombre envejece algunos años tal vez recordando esa mirada que nunca mas podrá contemplar. La misma que todos los días me hace sentir la mujer mas afortunada de la tierra--.Desde entonces cuando veo las fotos de ambos me causa alegría, aunque ayer me preocupe un poco--añade. 

-¿Por qué lo dice?

-Porque supe que fue atacada por una loca en el baño de un restaurante--él realmente esta preocupado, lo puedo ver en su rostro y sentir en su voz. Probablemente vio o leyó las noticias donde se informaba el ataque de Elena. Recuerdo algunos titulares que me mostró Katherine ayer y uno de ellos en especial.    

-LOCA ESTÉRIL  ATACA A ANASTASIA GREY AL VER SU HERMOSO EMBARAZO.-

-Lo sé, pero no se preocupe estoy bien, ambos lo estamos--respondo llevándome la manos al vientre--sólo era una mujer del pasado de Christian que aun no acepta que lo perdió--le respondo sin entrar en mas detalles, no es necesario que sepa que fue la mujer que le destrozo la vida  mi esposo. 

-¡Por Dios Ana, no deje que el pasado se interponga entre usted y Christian, ese fue mi error, no lo deje nunca!--su voz y su rostro muestran una enorme angustia y desesperación--¡No lo deje por favor!--añade suplicante mientras que coloca una mano sobre el vidrio. 

-Tranquilo señor Wells, no dejaré que nada nos separe--contesto rápidamente para tratar de tranquilizarlo. En ese momento siento una vibración sobre mis piernas y entonces me doy cuenta que es el teléfono. Suelto la bocina dejándola sobre la repisa y busco desesperadamente en el bolso porque se quien puede estar llamando. Mi corazón late a mil por hora y se me quiere salir del pecho. 

Siluetas de Cincuenta SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora