"Serás mía siempre, de eso nunca dudes. Te buscaré por mar y tierra. Volveremos a ser lo que éramos antes"
Massimo Torricelli jefe de la mafia siciliana quedó obsesionado con las ganas de tener a Laura Biel y no se dará por vencido hasta cumplir lo...
Ayer, tenía tanta curiosidad del mensaje de ayer. Quería saber quien diablos era M y como podía llegar a conocerlo.
Estaba sola o al menos así me sentía yo, necesitaba que me toquen. Necesitaba tener sexo y por lo que sé Martín no me ayudaría nuevamente ya que últimamente ha pasado más tiempo con la notebook que conmigo, así que tome a pink y lo encendí, sentí como vibraba en mis manos, decidí utilizarlo.
"Día 1. Falta poco nena, tengo ganas de probar cada parte de tu cuerpo. M"
Oh, joder no podría ser cierto y menos ahora que me encontraba así. Tenía tantas dudas de saber como era.
"Déjame verte, déjame ver aunque sea tu cuerpo"
Tomé a pink y lo posé en mi vientre para luego bajar de una manera muy lenta hasta mi vagina, sus vibraciones estaban agitando mi respiración y de pronto M me había mandado su foto.
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Joder, este tipo estaba como si fuera un mismísimo dios griego, se veía cuanto se había cuidado. Me encantaba verlo y más aún de esa forma.
Llamada entrante...
Solté un leve gemido a causa de la estimulación que estaba recibiendo.
— Oh, sigue preciosa...— Senti que él también estaba gimiendo.
Solte más que otro gemido, era totalmente ardiente imaginar que aquel hombre sea el que toque cada parte de mi anatomía femenina. Así que incremente el volumen de las vibraciones.
— Pronto estaré contigo, te haré venir una y otra vez Laura. Y gritarás mi nombre hasta que ya no puedas mas...
Su voz era tan excitante que podía venirme en ese mismo instante si seguía hablando. Solté unos gemidos leves gracias al orgasmo que ya estaba alcanzando.
— Vamos Laura, termina conmigo — Al terminar su frase solte un pequeño gemido haciendo lo que él me pedía, era tan ardiente que era imposible no venirse al escuchar su voz — Eres tan ardiente nena — Dice para luego cortar la llamada.
No podía creer lo que había hecho, había tenido sexo telefónico con alguien que ni conocía. Pero joder, se sentía de lo más rico.
