Serás Mía |Massimo Torricelli|

Prométeme.

— ¿Qué planeas? — Pregunto.

— No preguntes nada, verás lo necesario más tarde — Decía mientras me daba la espalda — Prepárate para las 20:30 — Dice mientras se dedica a dejar la habitación.

Tome mi teléfono móvil y observé que eran como las 16:45 así que decidí llamar a mi madre para luego prepararme.

— ¡Laura, por Dios! ¿Qué ha pasado de ti? ¿Estás bien? — Pregunta alarmada mi madre, la entendía ¿quien no se desesperaría al no saber nada de su hija por tres dias?

— Madre, estoy bien. Me encuentro en Italia precisamente en Sicilia, no te preocupes es algo bueno y muy pronto estaré de nuevo en Polonia — Digo tratando de calmarla.

— ¿Estas en Italia? ¿Cuando pensabas decirme? — Decía aún mas alterada.

— Mamá, cálmate son temas de trabajo. He tenido unos problemas con mi línea telefónica pero ya lo solucioné, iré cuanto antes a Polonia, calmate por favor — Rogaba para que se tranquilizara.

— Laura Biel, espero que sea así — Dice con un tono amenazante.

— Madre, me tengo que ir. Nos vemos pronto, te quiero — Digo para luego colgar.

Suspiré profundamente, observé si habían otras llamadas y me encontré con las de Olga y una de Martín ¡vaya interés! Pensé.
No lo iba a llamar estaba más que claro que no me necesitaba.
Decidí prepararme de una vez y tomarme mi tiempo para poder relajarme.
Pasaron unos largos minutos hasta que decidí salir y vestirme. El vestido era totalmente hermoso y me quedaba perfecto, supongo que Massimo se había puesto a investigar mi talla también.
El pelo decidí llevarlo ligeramente recogido acompañado con unas ondas y un maquillaje no tan llamativo. Me coloqué la loción de Channel que también me había regalado y por fin pude estar lista.

— 20:13 — Susurré.

Faltaban aún unos cuantos minutos, así que de igual manera decidí ir hasta la parte de aquel balcón que se encontraba llamativamente decorado.
Massimo ya se encontraba ahí, vestía tan elegante que se me hacía aún más atractivo.

— Eres muy puntual — Dice observándome — Eres bastante hermosa Laura — Dice mientras sonríe discretamente.

— Me gusta llegar muy temprano — Digo sentándome justo frente a el — Tu también te ves demasiado bien — Digo mientras guiño un ojo.

— Bien, he decidido hacer esta cenar porque quiero que me conozcas a tal grado que yo te conozco. O que me cuentes cosas que no he podido saber aún sobre ti. Porque cuando decía que me interesabas bastante, era verdad Laura — Dice con notable sinceridad en sus ojos.

— Tu sabes la mayoría de mis cosas, comencemos por ti — Digo.

— ¿Qué es lo que quieres saber? —

— Quiero saber exatamente quién eres — Digo mientras coloco toda mi atención haciendo el.

— Soy Massimo Torricelli — Responde con una pizca de humor.

— No me refería a eso Massimo — Suelto una pequeña risa — Me refiero a que te dedicas, ¿Por qué tantos misterios? ¿Por qué tantos escoltas? —

— Okay, más tranquila. Responderé todas y sin mentiras, soy jefe de una compañía y de varias más. Poseo clubes, hoteles y muchos más lugares. Poseo una gran cantidad de dinero por lo que me obliga a estar escoltado la mayor parte de mi tiempo y aún más por el peligro que cargo conmigo — Dice observándome.

— ¿Qué peligro? — Pregunto confusa.

— Créeme que no querrás saber — Dice.

— Esto se supone que es para conocernos ¿no? — Digo.

— Soy un mafioso, Laura. Soy el cabecilla de la mafia Siciliana, por eso me encuentro escoltado la mayor parte del día — Dice mientras que me encuentro totalmente sorprendida.

Ahora entendía tanto misterio, había quedado anonada por aquella confesión.

— No lo decidí yo mismo. Mi padre había sido asesinado por una de las familias enemigas y a raíz de eso subi como jefe, no tenía elección — Dice bajando la mirada — Laura, di algo — Dice observándome.

— Yo.. no sé que decir — Digo con notable miedo, me encontraba aterrada una vez más.
Observo como se levanta de aquella enorme silla para dirigirse hacia mí.

— Laura, escúchame. Nunca te haría daño, te protegeré de todo aquello que quiera hacerte daño. Para mi eres alguien especial, no dejaré que nadie te toque ni mucho menos te lastime — Dijo tomando mis manos — Sé que no he tenido un buen pasado antes de conocerte y no puedo culpar a tu miedo ahora mismo, te entiendo. Pero lo único que te pido es que me aceptes tal cual soy. Prometo una vez más que no te dejaré sola, no dejaré que nadie te toque ni mucho menos te lastimaré. Solo acéptame, por favor — Decía mientras se encontraba de cuclillas ante mi.

— Massimo...— Digo mientras tomo su rostro con mis manos — Tengo miedo... Tengo miedo a lo que puede suceder en el futuro, nunca tendremos una vida normal viviremos con miedo — Digo mientras mis ojos comienzan a cristalizarse.

— Laura, por favor. Déjame demostrarte que será diferente — Dice mientras observo unas lágrimas caer de sus ojos.

— No me dejes sola por favor, no me dejes pasar por esas situaciones. Prométeme que estarás para mí —