Día 3. Durmiendo

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Sonriente, cínico y sexy. Esas son las tres palabras que Angel podría usar para describir a Alastor, el demonio de la radio. Vaggie le había advertido muchas veces que no se metiera con él, ya que además de asexual, Alastor tenía la tendencia a vacilar mucho. Ósea, usar a las personas para su beneficio.

Pero Angel tenía una debilidad: le encantaba ser usado siempre y cuando pudiese obtener algún beneficio.

O... al menos era así en la mayoría de los casos.

—¿Tú qué dices, Nuggie? ¿Estoy loco por querer que ese idiota de rojo me someta como una puta?— Murmuró el joven en broma, mientras miraba a su pequeña mascotita dormir plácidamente. Luego dejó escapar un suspiro, a veces se sentía tonto por hablar solo. —Aunque... pensándolo bien, cualquier cosa sería mejor que los tratos 'especiales' de mi jefe.

—¿Qué tratos especiales?— El de blancos cabellos se sobresaltó al escuchar aquella voz tan cerca suyo. Al volver la mirada, ahí estaba el demonio ciervo con su característica sonrisa. —Es impresionante el tipo de entretenimiento puedes darme, Angel Dust. Eres muy interesante.

El mencionado suspiró. Por primera vez no había tomado aquello como un halago.

—No estoy de humor, strawberry pimp.— Murmuró el menor mientras recibía las caricias perezosas de su pequeño amigo porcino. —Hoy no tuve un buen día...

El de menor estatura lo miró confundido. No negaría que le causaba intriga lo que amedrentaba al más joven. Pero no intentaría obligarle a hablar. 

A Alastor le disgustaba ser tocado. Pero... por alguna extraña razón deseaba tener algo de contacto con ese chico. —Quizás lo que necesitas es algo de cariño de otro ser que no sea tu pequeño compañero rosado.— Con su carisma y su sonrisa, se acercó cautelosamente al arácnido y comenzó a jugar con su cabello. —Mi madre decía que un poco de cariño endulza el corazón amargado por la tragedia. O eso creo, la última vez que la vi, estaba alucinando. 

Angel se quedó inmóvil, no mostró gesto alguno. Sólo Cherri Bomb le tocaba así sin que él montara una de sus rabietas. Así que no estaba muy seguro de cómo reaccionar. Pero... por alguna extraña razón le tranquilizaba. Estar de esa forma tan íntima pero a la vez tan... inocente con el mayor era muy extraño.

Por primera vez desde que pisó el infierno, se sentía avergonzado y tímido. 

—Gracias...— Aquel bisílabo salió de sus labios casi forzadamente. Su ego no le permitía someterse de esa manera tan ridícula ante alguien. Pero se sentía tan a gusto. Tan comprendido.

—Husk mencionó que diste un show esta noche. Intenté despertarlo, pero estaba tan ebrio que no pudo ir. Hubiese montado un espectáculo o quizás se hubiese peleado con Travis.— El joven sonrió ligeramente desganado. No quería tocar el tema. —Estabas espléndido en el escenario. Me impresionan tus excelentes dotes de actuación.

—Espera...— Se apartó para mirarlo —¿Estabas ahí?

—Valentino me dijo que podía ir. No quería cruzarme con él o su séquito, así que me mantuve lejos. Creo que entre la multitud, no pudiste reconocerme.— Le alborotó el cabello ligeramente por mera diversión —Siempre disfruto una buena sonrisa, pero la que le diste a Valentino era... amarga y falsa.

—Si, bueno...— Dust volvió a recostarse en la cama y acarició la cabecita regordeta del cerdito. —Complacer a Val es... complicado.

—Oh, créeme mi amigo arácnido. Lo sé. Los overlords también tenemos necesidades y estándares.— Se burló el pelirrojo. —Sin embargo... deberías apreciarte más. Tienes un cuerpo espectacular y una voz inigualable. Antes de volver a someterte a tu jefe, piensa en tus propios deseos.— Algo se removía en su pecho, era un curioso cosquilleo.

Ese mismo cosquilleo que había sentido al ver a Angel actuar sobre el escenario del club. La euforia y pasión con la que el chico se había presentado le cautivaron.

—Eres mejor de lo que crees, querido Angel. Por eso estás aquí, porque dentro tuyo sabes que puedes ser mejor.— No creía en sus palabras. Pero sí creía en que esas palabras podían ser un consuelo para el peliblanco. —Después de todo, volviste. Si no creyeras en que puedes cambiar, te habrías ido.

No se percató que el menor había caído rendido ante el sueño hasta que agachó la mirada. 

Su apacible rostro y sereno respirar le sobrecogieron. Borrando por unos segundos su sonrisa, tomó una de las mantas de la mullida cama para envolverle y evitar que pasara frío. Estaba por abandonar el cuarto cuando un ligero apretón le hizo detenerse.

—¿P-Podrías... dormir conmigo esta noche?... Yo...— La voz dulce y coqueta de Angel ahora se escuchaba asustada y quebrada. —N-No quiero estar solo...

Alastor suspiró dejando escapar el aire en sus pulmones, antes de hacerse un hueco en la amplia cama. Envolvió en sus brazos al de rosados ojos y jugó con su cabello para hacerle dormir.

—¿Cómo podría decirte que no, dulce Angel?

Con ese demonio, Angel se sentía a salvo. Tanto que no pudo evitar dormirse entre sus brazos, aferrándose y dejando que todo su dolor y tristeza se esfumaran como el humo del cigarrillo que había consumido horas atrás.

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Salí de mi hiatus. Otra vez. Y no puedo superar ADDICT. 

Stay tunned for more. 

Os amo.

𝐾𝑢𝑟𝑜𝑔𝑎𝑤𝑎 𝑌𝑢𝑟𝑖

🐙⭐️🌸❤️

30 Days of OTP |RadioDust Edition |Where stories live. Discover now