Algo extraño le ocurría a Alastor. Y Angel parecía ser el único que se daba cuenta, ya que cuando se cruzaban o topaban de casualidad en los pasillos del hotel, Alastor evitaba su mirada, sonreía nerviosamente y entre menos contacto físico hubiese, mejor.
Si algo le fastidiaba al demonio arácnido, era que le ignoraran. Siendo alguien famoso en cada esquina del infierno, su ego se doblegaba cuando alguien le pasaba de largo. Quería poder preguntarle al demonio de la radio qué era lo que ocurría, pero sabía que aunque honesto y cortés, Alastor no le diría nada. Aún así, siendo tan cotilla como era, lo averiguaría de alguna u otra forma.
Ese día él había ayudado de mala gana a Charlie a ordenar el vestíbulo del hotel, y ahora que tenía el resto del día libre se disponía a holgazanear en su cómoda habitación cuando escuchó ruidos extraños proviniendo del cuarto de Alastor. Mermando su curiosidad momentáneamente, se tomó el tiempo de recordar lo que Nifty les había advertido hace unas semanas, antes de que comenzara el extraño comportamiento de Alastor.
Recordaba que se encontraban en el bar. Mientras Husk y Vaggie limpiaban, Nifty llevaba la ropa y sábanas a lavar, Charlie atendía a algunos pacientes y Angel simplemente no hacía nada. Revisaba su celular como de costumbre, perdido en el aburrimiento.
—¡Ah!— La pequeña demonio detuvo su rápido andar, sobresaltando al resto de los presentes. Volvió en sus pasos rápidamente para encarar a los demás y les sonrió dulcemente —¡Se me olvidaba decirles! Alastor va a estar particularmente irritable durante un tiempo. Les recomendaría que eviten hacerle enfadar.
—¿Le ha ocurrido algo, Nifty?— Preguntó Charlie mientras hacía un inventario y ayudaba a un par de demonios que habían llegado al hotel a instalarse.
—¡No! Pero realmente no creo que deban molestarlo. Al menos durante todo el mes. Debería estar bien para inicios de Octubre.
—¿Alastor no les parece algo raro? Digo... últimamente ha estado guardando mucha comida y ropa en su habitación. Aunque no duerme, no sale de ahí.
—En realidad me importa un carajo.— Mencionó Husk mientras bebía de la botella de Whisky que traía en las manos. —Mientras el desgraciado no me moleste, me importa una mierda meter mi nariz donde no me llaman.
—Hm...— Angel a pesar de ser cotilla no le tomó mucha importancia al asunto. Al fin de cuentas, no era como que tuviera mucho tiempo para molestar al demonio ciervo.
—Así que era eso...— Susurró Dust para sí mismo mientras se acercaba peligrosamente al cuarto del Overlord. —Quizás si...— Mientras intentaba escuchar algo más desde el otro lado, la puerta repentinamente se abrió. Ahí, de pie, completamente furioso y curiosamente agitado estaba él, el demonio de la radio. —A-Alastor...— El arácnido se había quedado sin palabras. ¿Qué clase de excusa podía usar para explicar lo que estaba haciendo? —Y-Yo, yo sólo estaba...
—Angel Dust... No es el momento más adecuado para perturbar mi... n-nghn...— Gruñó por lo bajo, sin borrar su casi forzada sonrisa —Mi... paz...
—Lo lamento, y-yo...— Por primera vez en su no-vida, Angel Dust se había quedado sin palabras. Literalmente. —N-No volveré a molestarte, por favor perdóname.— Cuando estuvo a punto de extenderle la mano para disculparse, Alastor se apartó bruscamente.
—¡N-No me toques!— Retrocedió tanto como pudo, pero cayó de espaldas en la cama por su torpeza producto de su impresión. Angel se preocupó ante la actitud del pelirrojo. Quizás estaba enfermo y necesitaba ayuda.
—¿Estás bien? Tu cara está ardiendo.— No era la primera vez que Angel se preocupaba por alguien, pero si era la primera vez que se mostraba tan indefenso y genuinamente... 'real' ante nadie. —Debería llamar a Charlie.
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30 Days of OTP |RadioDust Edition |
Fanfiction-¿Crees que eres inmune a mis encantos, strawberry pimp~? -No lo creo, lo soy. Contiene: ✔️ Lenguaje vulgar. ✔️ Violencia ocasional. ✔️ Mención ocasional de alcohol y/o drogas. Todos los derechos de personaje reservados a Vivziepop.